La ametralladora rusa Kaláshnikov y la alemana Heckler & Koch HK416 son dos de los fusiles de asalto más extendidos del mundo, utilizados por divisiones de operaciones especiales de todo el mundo. Diseccionamos los pros y los contras de cada uno y determinamos cuál es el mejor.
AK
“Los pros: increíble fiabilidad, barato de producir y facilidad de instruir al usuario - se podría explicar a un campesino analfabeto, dedicar 15 minutos a enseñarle a montar y desmontar el arma, dispararla y enviarlo a combatir con seguridad”, dice Iván Alexandrov, mayor en la reserva y antiguo francotirador de operaciones especiales en las fuerzas del orden rusas.
Lo especial del arma, según él, es que tiene potencia a raudales, por lo que la ametralladora no requiere un mantenimiento complejo.
“Es muy resistente a diversos tipos de contaminación. Expulsa fácilmente la suciedad y el polvo con gas durante el disparo. En pocas palabras, cuando se ensucia, la fricción entre las piezas móviles aumenta, lo que significa que funciona sin ningún tipo de retraso”, añade.
Sin embargo, debido a este hecho, el Kaláshnikov no es muy estable al disparar en los modos automático y de ráfaga, con lo que la precisión se resiente en comparación con sus rivales extranjeros.
“También podemos ver que el cambio de cargador en el AK emplea un sistema de gancho. No es muy práctico ni ergonómico como sus homólogos, pero el sistema aumenta su fiabilidad. Si se te cae un cargador en la arena o en un pantano, puedes recogerlo con seguridad y engancharlo. Y el arma funcionará”, señala Alexandrov.
Otro inconveniente es el largo recorrido del gatillo. “No es adecuado para el tiro de precisión o incluso para el tiro deportivo estacionario, si hablamos del mercado civil. Pero para los militares es perfecto”, concluye el experto.
HK416
El fusil de asalto alemán Heckler & Koch HK416 es más joven que el AK en casi medio siglo. Fue creado pensando en las divisiones especiales de la OTAN, que no estaban contentas con el Colt M4 y el M16 en condiciones climáticas difíciles.
“Si tuviéramos que describirlo con el menor número de palabras posible, se trata de calidad y fiabilidad alemanas. Es uno de los mejores fusiles de asalto de nuestro tiempo, que hereda todas las mejores partes del AK y del M4 estadounidense”, afirma el mayor de la reserva.
Según él, el fusil es tan fiable como el AK y tiene mejor precisión que el M4.
“El nombre del fusil sugiere que pertenece a la serie de modelos Colt M4 y M16, ya que los alemanes diseñaron exclusivamente la parte superior para los fusiles Colt M4 y M16”, continúa el experto.
Para solucionar los problemas del arma de fabricación estadounidense, los constructores alemanes tomaron la válvula de salida de gases del Colt y la cambiaron por una con un recorrido corto de su G36. También cambiaron parte de los materiales por aleación de aluminio, lo que redujo el peso del arma.
Además, instalaron un cañón forjado en frío para prolongar su uso y mejoraron los mecanismos de cerrojo y retorno del rifle.
“Con ello, el HK416 debería haberse convertido en una alternativa al M4 y al M16, ya que superó sus problemas de fallos de tiro, suciedad y sobrecalentamiento. También se pretendía aumentar la ya impresionante exactitud y precisión”, añade Alexandrov.
Mientras tanto, se ha mantenido la ergonomía y el aspecto del Colt. De este modo, no tuvieron que dedicar meses a que el personal militar se familiarizara con el funcionamiento del arma.
“Desde 2004, la HK416 se ha producido en lotes para la Fuerza Delta de EE UU y los SEAL de la Marina. Se ha anunciado activamente en la televisión, incluso en el Discovery Channel, pero nunca ha conseguido sustituir por completo a la M4 y la M16 como arma de serie de las Fuerzas Armadas estadounidenses. La razón es su precio”, dice el profesor de la Academia de Ciencias Militares, Vadim Koziulin.
Según él, hay una diferencia de precio del 500% entre el AK y el HK416 ya en el mercado civil. Cuando se requiere armar a un ejército de millones de personas, esa diferencia se convierte en un verdadero problema.
“Por eso solo lo usan las divisiones de élite, que lo utilizaron para matar al principal terrorista del siglo XXI, Osama bin Laden. O lo compran los tiradores civiles que tienen dinero para un juguete de lujo”, añade el analista.
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