La nave circular se inventó para llevar a bordo las armas más pesadas
En la Guerra de Crimea, la flota rusa del mar Negro fue derrotada, las arcas del Estado se agotaron y, según el Tratado de París, Rusia no podía tener una flota en la zona.
Sin embargo, el Ministerio de Marina no estaba dispuesto a dejar a Sebastopol sin defensa ni a tragarse las restricciones impuestas. Entonces el Almirante Andréi Popov propuso construir un barco circular para la defensa costera de Sebastopol. La razón principal detrás de esta idea que puede sonar tan extravagante era la voluntad de ahorrar dinero.
Además, un barco de guerra con casco circular podría llevar armas enormes (y superpesadas, sobre unas 21 toneladas). Popov estaba convencido de que un enemigo que se atreviera a atacar la base rusa lo haría sólo con sus cañones de mayor calibre. Y mientras que un barco normal que llevase cañones tan pesados comenzaría a girar sobre su eje cuando lanzase una salva artillera de costado, un barco cuya anchura y longitud fuesen iguales, es decir, un barco circular, no tendrá este problema.
Por último, los barcos circulares ofrecían una manera fácil de eludir las restricciones impuestas por el Tratado de París. “Sin figura alargada, los barcos circulares pueden ser clasificados como fortalezas flotantes y por lo tanto no serán catalogados como barcos de flota”, escribió Popov en un cable al ministerio.
Sólo se construyeron dos acorazados circulares
El Ministerio de Marina encontró razonable la idea de Popov. Además, las restricciones del Tratado de París fueron levantadas en 1871, lo que significaba que un barco circular ya no tendría que ser considerado fortaleza. Ese mismo año, el emperador Alejandro II aprobó un proyecto para construir el primer “popovka” (como se había apodado a esta clase de barco, por el nombre del diseñador), el acorazado Nóvgorod, con un diámetro de casi 50 m.
El emperador ordenó que el acorazado Nóvgorod sirviera de base para la construcción de otras 10 naves circulares similares, que se planearon como punto de partida para la recuperación de toda la flota del mar Negro. Sin embargo, en realidad, sólo se construyeron dos buques de guerra circulares: el segundo se llamó Vice-Almirante Popov.
Los barcos circulares eran muy lentos
Un “popovka” podía estar equipado con las armas de fuego más poderosas de la época, pero era muy lento.
Eso se hizo sorprendentemente obvio durante la guerra contra Turquía en 1877. Prácticamente durante toda la guerra, ambos navíos se utilizaron con fines defensivos, pero cuando (en una sola ocasión) fueron requeridos para entrar en combate los “popovka” no pudieron ni alcanzar a los barcos turcos (aunque éstos eran inferiores en poder artillero). Ese incidente fue investigado por una comisión especial, que llegó a una conclusión decepcionante: los barcos circulares no podían luchar lejos de la costa.
De hecho, los “popovka” nunca fueron pensados para realizar persecuciones marítimas. Ya en su fase de diseño, Popov dejó claro que no eran aptos para la navegación marítima de larga distancia, pero “podían ser utilizados para tareas de defensa costera”. Pero el ministerio deseaba ver al “popovka” como un buque de guerra completo, algo que nunca pudo ser.
El emperador encargó un yate circular para sí mismo
Sin embargo, incluso después de su fiasco militar, Popov no abandonó la idea de los barcos circulares y propuso construir un yate circular para Alejandro II. El emperador estuvo de acuerdo, pero con una condición: el yate debería ser el doble de rápido que los buques militares, y, por supuesto, ser adecuado para la navegación marítima.
El yate imperial, llamado Livadia, fue ensamblado en Inglaterra, y su transporte a Sebastopol se convertiría en una especie de prueba de mar para él. Sin embargo, el yate quedó atrapado en una tormenta y su casco resultó dañado. La conclusión oficial de que el casco era demasiado débil supuso la sentencia de muerte para el novedoso tipo de barco.
El proyecto fue abandonado poco después de la muerte del emperador
Cuando Alejandro III ascendió al trono, la era de las naves circulares llegó a su fin. El Ministerio de Marina fue reorganizado, y Popov fue apartado de la tarea de“desarrollar una arquitectura naval rusa circular”. Aunque más tarde, en 1891, fue ascendido al rango de almirante, Popov ya no tomó parte real en los asuntos de la Armada.
Los dos acorazados circulares existentes pasaron a ser considerados como defensa costera y permanecieron en servicio hasta 1903. El yate imperial sufrió un destino menos honroso. Su mobiliario y accesorios fueron trasladados poco a poco a distintos almacenes y el lujoso yate acabó... funcionando como barco para el transporte de carbón.