Rusia pierde hasta 10 metros de su costa en el Océano Ártico anualmente debido a las olas, los vientos y el deshielo del permafrost (suelo congelado típico de las regiones septentrionales del país), según el consejo de la Escuela de Geografía de la Universidad Estatal de Moscú. Las pérdidas anuales corresponderían al tamaño de Liechtenstein.
“Las orillas del Océano Ártico, sujetas a la abrasión térmica, se están erosionando a un ritmo de 1 a 5 metros por año y, en algunos casos, hasta 10 metros. Como resultado, Rusia pierde cientos de kilómetros cuadrados de su territorio cada año. En términos de superficie, esas pérdidas son comparables al tamaño de un pequeño estado europeo como Liechtenstein”, dijo Stanislav Ogoródov, jefe del Laboratorio de Geoecología del Norte.
Según los geógrafos, casi toda la costa del Ártico ruso está en zona de permafrost, y a lo largo de casi la mitad de su longitud, los márgenes están formados por suelo con un alto contenido de hielo, entre un 20 y un 50%; y en algunas zonas de Siberia oriental, hasta de un 80% a un 95%.
En la zona costera, los suelos congelados están expuestos no sólo a los efectos térmicos del aire y el agua, sino también a las olas del mar.
Al mismo tiempo, los científicos han descubierto que en medio del cambio climático experimentado en el verano, el hielo a la deriva continúa más al norte, y la zona costera está descongelada durante un período más largo. Se produce entonces un efecto en cadena: el período de deshielo de los suelos congelados y el impacto mecánico de las olas en la costa aumenta aún más, lo que da lugar a tormentas más frecuentes y prolongadas.
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