Las tripulaciones de los helicópteros de transporte y de combate Ka-29 del regimiento de aviación mixta del Ejército y las fuerzas del noreste de Rusia se entrenaron en el disparo de cohetes no guiados contra objetivos costeros y marítimos.
Los pilotos realizaron patrullas sobre la línea costera para detectar el hipotético desembarco del enemigo.
Tras localizarlo, los pilotos de helicópteros atacaron blancos en la costa y en el mar con misiles no guiados de 80 mm y cañones aéreos GS-23.