Los aviones de ataque Su-25 del distrito militar del Sur, tras superar a los sistemas de defensa aérea del enemigo convencional, atacaron objetivos terrestres con misiles y cañones aéreos en el Cáucaso Norte. Además de las principales tareas de vuelo, los pilotos también mejoraron su capacitación en combate en regiones montañosas, incluso en condiciones climáticas difíciles, de día, de noche y a diferentes altitudes.