Los soldados realizaron prácticas y disparos de combate, alcanzando objetivos a distancias de hasta 900 m. Los francotiradores, en parejas y en grupos, aprendieron a moverse encubiertos, identificaron lugares potenciales para colocar trampas (artefactos explosivos improvisados), llevar a cabo largas emboscadas, y tomar la decisión de realizar disparos en diferentes situaciones. Utilizaron rifles de gran calibre ASVK de 12,7 mm y rifles de francotirador VSS-M de 9 mm.