Blindados T-90A dispararon sus cañones de largo alcance en el campo de entrenamiento de Prudbói. Uno de los objetivos de las maniobras era realizar disparos a distancias de hasta 8.000 metros. Entre los objetivos a batir se encontraban un tanque que (de forma simulada) atacaba a un grupo de infantería, un cañón sin retroceso y un lanzagranadas.