Madonna blandiendo un AK-47, usado por los insurgentes de medio mundo hoy en día, durante su concierto en 2012 en Israel. Le dijo a la multitud: “Si hay paz aquí en Oriente Medio, puede haber paz en todo el mundo”.
ReutersEl AK-47 se convirtió en un símbolo de la revolución que incluso las personas más influyentes como Madonna adoran usar en sus espectáculos. Este rifle de asalto se convirtió en parte de la cultura pop y cinematográfica por una razón en particular.
Pierce Brosnan con un AK en una película de la serie Bond ‘Golden Eye’.
Getty ImagesA principios de la década de 1940 surgió una nueva clase de armas pequeñas: los rifles de asalto. El primero apareció en manos de las tropas nazis y revolucionaría efectivamente el mundo de la producción de armas. Y la Unión Soviética no fue una excepción respecto a la adopción de un sistema tan efectivo.
El fallecido presidente cubano, Fidel Castro, portando una AK como símbolo de la revolución durante el aniversario anual de esta, en 2001.
Getty ImagesEn un par de años el país produjo su rifle de asalto AK-47 con un cartucho único que se situaba entre el de un rifle estándar y uno de pistola. Este permitió a los fabricantes mejorar el potencial de las ametralladoras de esa época y convertirlas en una de las armas más potentes a tener en cuenta.
El presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, probando un AK en una fábrica de Minsk en 2001.
ReutersAsí, la nueva AK-47 permitía a los tiradores disparar con ráfagas y eliminar enemigos a distancias de hasta 200 metros con potentes cartuchos de 7,62x39 mm que penetraban en paredes de ladrillo.
El desaparecido presidente venezolano, Hugo Chávez, con un AK-103 durante una exhibición militar en Caracas en 2006.
ReutersSin embargo, esta nueva arma soviética tuvo que sufrir una serie de modificaciones para convertirse en una de las más extendidas en el mundo. Su principal problema en la fase inicial de la producción fue la precisión del fuego o, mejor dicho, la ausencia total de éste.
El actor Steven Seagal revisando en 2006 un AK durante una exhibición militar en Rusia.
Ramil Sitdíkov/SputnikCon la ayuda de ingenieros alemanes del grupo Schmeisser, capturados durante la Segunda Guerra Mundial, Moscú solventó el problema y produjo una de las plataformas armamentísticas más fiables jamás creadas. Sin miedo a la arena, la suciedad o el agua y capaz de disparar en cualquier circunstancia climática, algo de lo que no muchos rifles ni armas puedan presumir.
La superestrella del baloncesto, Andréi Kirilenko blandiendo un AK para su nueva sesión de fotos del club de baloncesto.
Iliá Pítalev/SputnikEsta fiabilidad, junto con la facilidad de producción, se convirtió en el secreto del éxito global del AK.
El presidente ruso, Vladímir Putin, probando un AK-74 durante una exposición militar en Rusia.
APHoy en día hay alrededor de 100 millones de rifles AK producidos oficialmente en todo el mundo. Y se pueden encontrar aún más copias de ingeniería inversa en los países del tercer mundo. Estas armas fabricadas en cualquier patio trasero se pueden ver en las manos de los llamados luchadores por la libertad o partisanos.
Mijaíl Kaláshnikov con su creación, el AK-47.
APAdemás, los AK son simplemente más baratos que sus competidores directos. Por ejemplo, un AK-47 puede encontrarse en una tienda de armas con un precio de alrededor de entre 300 y 500 dólares, mientras que un AR-15 estadounidense puede valer no menos de 1.000 dólares.
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