El MiG-25, que despegó por primera vez hace más de medio siglo, ha marcado tendencia en la aviación durante mucho tiempo. A continuación, encontrarás todo lo que necesitas saber sobre este caza interceptor, que ha servido en las fuerzas aéreas de más de diez países de todo el mundo.
El MiG-25 (nombre en clave OTAN: Foxbat) debía haber sido una respuesta a la amenaza del bombardero supersónico estadounidense B-58 y sus modelos mejorados, que eran capaces de superar las defensas antiaéreas e infligir un ataque nuclear.
Los interceptores de cazas de los que disponía la Unión Soviética en aquel momento no eran capaces de contrarrestar eficazmente las características de rendimiento de estos aviones en términos de velocidad y altitud. Además, no podían contrarrestar el avión de reconocimiento de alta velocidad Lockheed SR-71, que tenía una velocidad de crucero de Mach 2.8.
Los cazas MiG-21 y Su-15 en servicio no tenían ninguna oportunidad contra el bombardero estratégico XB-70 Valkyrie. Los diseñadores del MiG-25 lograron "acelerar" el avión hasta darle una velocidad de 2.897 Km/h y la capacidad de alcanzar un techo de 75.000 pies, lo que lo hizo comparable con las características de rendimiento del Valkyrie.
Sin embargo, los dos tipos de aviones estaban destinados a no enfrentarse nunca, ya que el bombardero estadounidense no se produjo en serie.
El diseño del fuselaje del MiG-25 nunca se había visto antes en la aviación de combate. La aeronave está equipada con tomas de aire laterales cuadradas con una rampa de entrada horizontal, una aleta caudal doble y alas delgadas, trapezoidales y de baja relación de aspecto.
Los dos motores están situados junto a la sección trasera del fuselaje. Esta geometría le permitió acelerar a lo que en aquel entonces eran velocidades récord y lograr una maniobrabilidad de vanguardia para un avión de su clase.
El equipo electrónico de a bordo permitía por primera vez guiar la aeronave hasta un objetivo en modo semiautomático, lo que era esencial dadas las velocidades previstas: los reflejos humanos normales no responden con la suficiente rapidez.
Debido a que puede funcionar a velocidades superiores a Mach 2.5, la aeronave se calienta significativamente, hasta alcanzar las temperaturas de 570-750°F. Por lo tanto, no era posible utilizar materiales tradicionales en la fabricación de su fuselaje.
Una de las opciones era el titanio, que era el material que los estadounidenses habían seleccionado para su avión. Sin embargo, los ingenieros rusos confiaron en el acero, que al final representó el 80% del peso total del diseño. El titanio y las aleaciones de aluminio a prueba de calor tuvieron que ser utilizadas para el resto del aparato.
Había 4,83 km de costuras soldadas en la estructura del fuselaje y 1.400.000 puntos de soldadura. El hecho de que sólo se descubrieran dos insignificantes fugas goteantes en el transcurso de un año, con una longitud total de soldadura de 434 Km, es una muestra de la gran calidad del trabajo realizado en esta máquina.
La sorprendente capacidad de servicio de la aeronave fue un efecto inesperado e incidental de este nuevo material: la soldadura podía llevarse a cabo en la propia superficie dura.
El desarrollo del MiG-25 y su programa de pruebas se llevaron a cabo en estricto secreto. Fue presentado por primera vez al mundo el 9 de julio de 1967 en un vuelo raso para conmemorar el Día de la Fuerza Aérea en el aeropuerto de Domodédovo, en las afueras de Moscú. Cuatro cazas sobrevolaron las gradas a bajo nivel. El comentarista anunció que se trataba de un nuevo caza capaz de alcanzar velocidades de 2.897 Km/h.
Para Occidente esto supuso una gran noticia, y no de las buenas. Como resultado, se celebraron sesiones extraordinarias en el Congreso de Estados Unidos.
Estas apoyaron el inicio de los trabajos sobre una nueva clase de cazas interceptores que desembocaron en la creación de los aviones F-14 y F-15. Ambos aviones tienen un diseño de cola doble, igual que el MiG-25, pero se quedaron cortos en términos de velocidad y altitud.
En septiembre de 1976, el teniente segundo Víctor Belenko voló un MiG-25P desde una base aérea en el Lejano Oriente a Japón, aterrizando en la isla de Hokkaido, donde solicitó asilo político.
La aeronave fue desmontada y examinada por especialistas estadounidenses. Sin embargo, fue devuelta, desmantelada, un mes y medio más tarde a petición del Ministerio de Asuntos Exteriores soviético.
La deserción del oficial soviético supuso un duro golpe para la Unión Soviética. Al mismo tiempo, tuvo un aspecto positivo: allanó el camino para mejorar la eficacia de combate del MiG.
Todos los equipos electrónicos de la aeronave de producción fueron reemplazados, ya que el sistema anterior había sido examinado por un enemigo potencial. Como resultado, el caza recibió sistemas de localización y seguimiento de objetivos más modernos y una nueva designación: MiG-25PD.
El MiG-25 tiene 29 récords mundiales. Entre ellos hay uno que no ha sido superado ni siquiera hasta la fecha: el récord de altitud en un avión que utiliza motores a reacción. El 21 de agosto de 1977, el piloto de pruebas soviético Alexander Fedótov subió a una altitud de 37.650, metros.
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