El pasado 21 de diciembre, una mujer totalmente ciega de la ciudad de Cheliábinsk fue capaz de ver a su marido por primera vez, después de 13 años. Por su parte, Antonina Zajárchenko, que nació con problemas de vista y perdió la visión completamente en 2004, a los 37 años, tiene la esperanza de recuperarla parcialmente gracias a un chip.
El ojo biónico
El dispositivo de alta tecnología llamado ojo biónico cuenta con un implante eléctrico, gafas con una cámara y una parte separada en la que se procesan las imágenes de la cámara. Esto se transfiere a un chip implantado en el ojo del paciente, que hace que la imagen pueda ser recibida por el cerebro.
Hay al menos diez versiones de este tipo de tecnología, llamada en general, prótesis visual. La que ha sido implantada con éxito en Rusia es una de las variaciones. “Es tecnología estadounidense que se desarrolló durante más de diez años”, explica Jristo Takchindi, cirujano ocular y director del centro médico en el que se realizó la operación.
“Un ojo biónico es algo que une la electrónica y la biología. Este sistema se encuentra actualmente en un proceso de pruebas clínicas. Hasta ahora solo se han hecho pocas decenas de operaciones en todo el mundo”, explicó anteriormente el médico.
En Rusia solo se han hecho dos operaciones con la tecnología del ojo biónico, ambas con éxito. La primera fue en agosto de 2017 cuando la realizó el mismo equipo médico, dirigido por Jristo Tajchidi.
Una ojeada de 140.000 dólares
Aunque ninguno de los dos pacientes podrá volver a ver el mundo como si su visión estuviera completamente restablecida. “Esta operación solamente es el primer paso para comprender cómo funciona el analizador visual (la prótesis)”, explica el doctor.
“Durante la operación se implanta el chip en la mácula, el área central de la retina. El paciente es capaz de ver una imagen del mundo pixelada. Al contrario que la imagen multi-pixealda, el paciente verá un patrón de luces menos rico. Es más bien un sistema de códigos de luz que él, con nuestra ayuda, necesita desarrollar y aprender para vivir en este nuevo mundo”, afirma el científico.
Aunque los pioneros que han disfrutado de poder ver a su marido y a su hija después de años, seguramente no esperaban poder hacerlo, ya que el precio de la operación es de unos 140.000 dólares. Muy pocos pacientes que sufren pérdida visual pueden asumir el coste de este tratamiento.
Ambas operaciones se han realizado gracias a una financiación conjunta entre varias instituciones benéficas, médicas y fondos comerciales. Tras el primer implante con éxito, la viceministra de Sanidad, Tatiana Yákoleva, prometió tener en consideración este tipo de operaciones en las listas de operaciones de alta tecnología financiadas por el estado.
Como todavía no está en esa lista, unos 50.000 rusos que han perdido la vista esperan su golpe de suerte para poder restablecerla y volver a ver a sus seres queridos.
Si te duele la espalda, echa un vistazo a esta invención de un científico ruso.