Cómo comenzó la historia de los submarinos nucleares de Rusia hace 50 años

Ciencia y Tecnología
ÍGOR ROZIN
Hace medio siglo, los fabricantes de armas soviéticos desarrollaron el primer monstruo nuclear de aguas profundas del país, convirtiendo a este ingenio en piedra angular de la política de disuasión nuclear de Rusia.

En noviembre de 1967, los fabricantes soviéticos botaron el primer submarino nuclear del país, el K-137 'Léninets' 667А К-137, cargado con misiles balísticos intercontinentales (ICBM). El leviatán fue bautizado en honor al líder de la Revolución de Octubre, Vladímir Lenin, y allanó el camino para el futuro nuclear subacuático de la Unión Soviética.

"La URSS ya tenía un par de proyectos de submarinos del proyecto 658 con misiles nucleares, pero el 'Léninets' se convirtió en el primero armado hasta los dientes con cohetes atómicos capaces de volar 10.000 km hasta sus objetivos", contó Víktor Litovkin, analista militar de la agencia de noticias TASS a Russia Beyond.

Los modelos anteriores estaban armados con hasta tres misiles de alcance medio, pero el K-137 recibió 16 ICBM, transformándose así en parte vital de la política de disuasión nuclear del país. Cada una de estas bestias de las profundidades se volvió cinco veces más efectiva en conflictos potenciales.

"Otra característica interesante de estos buques fue que iban equipados con el primer sistema de gestión de información automática soviético: es decir, ordenadores. Permitían la navegación precisa de los ICBM", agregó el experto.

Estos submarinos también podían llegar una vez y media más profundo que los modelos anteriores, estableciendo un récord mundial al sumergirse a profundidades de 400 metros por debajo de la superficie.

Como Litovkin comentó, una mayor comodidad era también destacable en estos barcos. "Estos submarinos tenían más espacio habitable y estancias más amplias. Los marinos y sus comandantes incluso tenían un gimnasio a bordo. Si tienes que pasar los próximos seis meses debajo del agua, la comodidad física y mental puede ser un problema grave".

Durante la Guerra Fría, la creación de sistemas de disuasión nuclear se convirtió en uno de los principales objetivos de Rusia. Los fabricantes recibieron un gran pedido de estas máquinas. En total, la flota soviética recibió 34 submarinos nucleares (proyecto 667A K-137), cada uno armado con 16 ICBM. Prestaban servicio en las flotas del norte y del Pacífico.

"Lo más importante es que estos submarinos alimentaron el futuro del desarrollo de la flota nuclear submarina. El país nunca habría creado los 'Boréi' o 'Yasen' sin ellos", concluyó Litovkin.