Un Ilyushin Il-76, avión de carga multipropósito con cuatro motores, sobre el Kremlin.
Alexéi NagáievEl ingeniero aeronáutico y fotógrafo Alexéi Nagáiev ha estado tomando fotografías de aviones desde hace más de una década.
Un Il-76 lanzando bengalas.
Alexéi NagáievHa tomado imágenes por todo el país, desde el Ártico, hasta Kamchatka, pasando por Crimea y o el Cáucaso. Todas las imágenes las ha tomado en el cielo.
Un Antónov An-124 “Ruslán,” el mayor avión de transporte militar del mundo.
Alexéi NagáievLa fotografía aérea tiene un espacio importante en el trabajo de Nagáiev. Fue como un amor a primera vista, comenta a Russia Beyond. Pronto se vio con un montón de encargos e invitaciones para participar en vuelos.
Un bombardero estratégico Túpolev Tu-160 sobre Moscú.
Alexéi Nagáiev“Fotografío cosas que me parecen interesantes: niños, la belleza femenina, arquitectura o máquinas. Pero no hay tiempo suficiente para todo, así que tengo que centrarme en algo. Para mí lo más importante es la aviación, los temas polares y Moscú”, comenta Nagáiev a Russia Beyond.
El Ilyushin Il-78, un avión de reabastecimiento aéreo de cuatro motores, aparece aquí con dos cazas Su-34.
Alexéi NagáievPara poder sacar imágenes de los aviones en vuelo hay muchos trucos y limitaciones. Tal y como explica el fotógrafo hay muchos factores que, simplemente, no se pueden controlar. El tiempo de vuelo, las condiciones meteorológicas y la composición no son normalmente como le gustarían al fotógrafo.
Cazas Su-34 en vuelo sobre la región de Vorónezh.
Alexéi Nagáiev“Los miembros de la tripulación a menudo se convierten en coautores de las fotografías. El resultado dependerá en gran medida de su habilidad para entender al fotógrafo y para llevar a cabo la visión que este ha tenido”, explica Nagáiev. “Depende del piloto volar en el ángulo correcto. El avión tiene algunas limitaciones físicas”.
El Antónov An-2, un biplano con tan solo un motor, en la Antártida, cerca de la base de investigación Estación Progress.
Alexéi NagáievUn fotógrafo experimentado sabe lo que un piloto y su avión pueden o no hacer, aunque cualquier vuelo es único y es imposible predecir cómo irá y cuál será el resultado. Nagáiev cree que hay algo de encanto en esto.
Un helicóptero Mi-24, volando en el Cáucaso al atardecer.
Alexéi Nagáiev“A veces las imágenes pueden superar las expectativas pero en otras pueden ser una decepción. Incluso en eventos como un desfile, en la que puedes pensar que todo ha sido planeado, un vuelo puede ser cancelado por alguna razón, y todo el trabajo de preparación queda en nada. Hay que estar preparado para ello”.
Un helicóptero Мi-8 sobre el crucero Aurora.
Alexéi NagáievLa preparaciones para la toma de una fotografía toman mucho tiempo. Hay que organizar todo, escoger la localización y esperar que haya buenas condiciones climáticas. “El vuelo como tal puede tomar una hora o un par de horas, depende de muchos factores”, explica.
Un helicóptero Мi-8 sobre el Kremlin.
Alexéi NagáievLa toma de las imágenes puede variar dependiendo del avión. Se puede hacer a través de una ventana, rampa o puerta. Según el fotógrafo lo más complicado resulta reunir todos los factores, incluida la suerte, porque el tiempo es algo que puede influir mucho en el resultado final.
¿Quieres ver más? Las obras de Nagáiev están actualmente expuestas en el Photocentr Art Gallery de Moscú hasta el 19 de noviembre.
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