La moda de la calle en Rusia: tacones de aguja y minifaldas

Las mujeres rusas se visten de una manera más llamativa que las occidentales. A algunos les parece más elegante, a otros más ostentosos. En cualquier caso hay factores históricos para justificar estas tendencias.

“Mi impresión es que los rusos –al menos en Moscú– son más elegantes y siguen más las tendencias de moda que los estadounidenses”, dice Lara, una norteamericana que lleva varios años viviendo en Rusia. Este comentario es sorprendente, especialmente para la mayoría de los rusos, que en su fuero interno siempre se avergüenzan un poco de su aspecto ante los extranjeros.

A decir verdad, el aspecto de los rusos es diferente. Y hay razones objetivas. Durante muchos años “el telón de acero” privó a los ciudadanos soviéticos de la posibilidad de ir bien vestidos y elegantes. La moda mundial llegaba con retraso, en general a través del cine, y en muy contadas ocasiones llegaban a los comercios soviéticos artículos de importación para cuya adquisición se formaban al instante enormes colas.

Y luego en este contexto de “infortunio textil” estalló la Perestroika y se inició el tránsito a la economía de mercado. Lo cierto es que entonces, en la década de 1990, las grandes empresas occidentales todavía tenían miedo de entrar en el mercado ruso, y el país fue invadido por “trapos” chinos y turcos.

Fue entonces cuando se tuvo acceso a estampados brillantes y lentejuelas, modelos modernos, y surgió la posibilidad de manifestar la individualidad a través de la indumentaria. Hoy en día en Rusia están presentes casi todas las compañías internacionales de moda, pero en muchas personas perdura esa vieja costumbre al exceso.

“Al principio, su manera de vestir parece vulgar pero, cuando uno se da cuenta de que aquí hay otra cultura y de que es lo normal, te acostumbras y empiezas a verlo atractivo”, dice mi amigo francés que lleva varios años viviendo en Rusia y añade: “Las chicas lucen especialmente bien, llevan mucho zapato con tacón y vestidos, incluso en invierno y con nieve… ¡me parece asombroso! En cambio los hombres y la gente mayor apenas cuidan su aspecto, por lo menos en comparación con los europeos”.

De hecho, en nuestro país, ver a una mujer con botas con tacón de aguja, medias finas de nylon y un plumas cortito con un frío de 30 grados bajo cero es algo normal. ¿Qué se le va a hacer? El invierno dura medio año, no vas a ir siempre con la pelliza larga hasta el suelo y con orejeras. ¡Apetece verse atractivo!

En Rusia no se suele cambiar la función a la que están destinadas las prendas: el chándal sólo es oportuno en el gimnasio y las sandalias abiertas sólo son convenientes en la playa o para salir de paseo, pero bajo ningún concepto para ir al trabajo. Incluso en los parques infantiles en muy contadas ocasiones encontraréis a una mamá en chándal y sin apenas maquillaje. Se suele hacer esta broma: “¡Una mujer rusa ni siquiera va a tirar la basura sin maquillarse! ¿Y si de repente se gira y se encuentra con un príncipe?”.

Los extranjeros valoran mucho esta cualidad de las rusas. Lara, por ejemplo, me dijo lo siguiente: “Yo también me pongo más tacones de lo que lo haría en Estados Unidos.

Presto más atención a lo que otras mujeres llevan por la calle y eso influencia la clase de ropa y accesorios que compro. Por ejemplo, hace dos años me di cuenta que todas las mujeres rusas llevaban bolsos de piel rugosa, así que ahora tengo uno. También veo que este año se llevan en Moscú botas de piel altas con tacones planos, de modo que también estoy buscando un par de este estilo.”

Hay que tener en cuenta también las particularidades climatológicas en las que vivimos. Es necesario tener mucha ropa en el armario. Los días de sol en Rusia escasean, pero el alma pide fiesta, así que lo compensamos con los vestidos.

En cambio, ahora en las grandes ciudades de Rusia la cantidad de mujeres estilosas es comparable a la de Nueva York y Londres. Las rusas tratan de vestirse de una manera bien conjuntada, lo que se llama “put together”, bien pensada, eligen los bolsos y los accesorios de acuerdo con el calzado, vigilan la combinación de colores y texturas.

“Creo que las mujeres estadounidenses deberían preocuparse más de cómo lucen en público. Por supuesto, no se debe juzgar a las personas por cómo visten, pero creo que salir de casa tratando de conjuntarse bien es una muestra de respeto hacia uno mismo”, dice mi amiga estadounidense que trabaja en Rusia.

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