¿Se puede organizar pagando un encuentro con Vladímir Putin?

Vladímir Putin (a la derecha), con el ex primer ministro de Francia François Fillon (en el centro) y el multimillonario Fouad Makhzoumi en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, 2015.

Vladímir Putin (a la derecha), con el ex primer ministro de Francia François Fillon (en el centro) y el multimillonario Fouad Makhzoumi en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, 2015.

AP
Los expertos rusos consideran inverosímiles los rumores que apuntan a que el candidato a la presidencia francesa François Fillon organizó encuentros de los empresarios franceses con Vladímir Putin. Sin embargo, los especialistas en lobby creen que en Rusia es posible organizar encuentros con los políticos del más alto nivel por dinero.

El candidato a la presidencia francesa del partido Los Republicanos, François Fillon, se encuentra en medio del escándalo relacionado con Rusia. El diario Le Canard enchaîné publicó el pasado 21 de marzo que Fillon supuestamente había organizado los encuentros del multimillonario libanés Fouad Makhzoumi y el dirigente de la petrolera Total, Patrick Pouyanné, con Vladímir Putin. Según este medio, Fillon, que desempeñó el cargo del primer ministro entre 2007 y 2012, recibió de sus clientes 50.000 euros por haberles presentado al presidente ruso en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en 2015.

Una cantidad mísera

El político francés calificó esta información de “mentira descarada”. La reacción de las autoridades rusas también fue escéptica. El secretario de prensa del presidente, Dmitri Peskov, afirmó que esta información es “falsa”. Todos los encuentros del político con los empresarios cumplen con las normas del protocolo y los intermediarios están descartados, subrayó Peskov.

La cantidad que supuestamente ha percibido Fillon por hacer el papel de intermediario, es dudosa, según el director de la Agencia de las comunicaciones políticas y económicas, Dmitri Orlov.

“Esta historia me parece inverosímil, sobre todo, por la mísera cantidad de la remuneración. Una persona que tiene acceso al presidente ruso habría pedido muchísimo más por organizar un encuentro con él”, comentó Orlov a RBTH.

Orlov también explicó que en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo los empresarios pueden comunicarse libremente con los políticos del más alto nivel. “Usted debe registrarse, pagar su cuota (el año pasado la cuota fue de 290.000 rublos - 5.041 dólares) y puede comunicarse con quien quiera”.

Un lobby común

Pero existe otra opinión. Según ésta, Fillon sí que pudo haber desempeñado el papel de lobbista, teniendo en cuenta además que en 2015 no ocupó ningún cargo gubernamental y, por lo tanto, no infringió la ley. Al menos, es lo que piensa el director del Centro de investigaciones políticas de la Universidad Financiera, Pável Salin.

“Muchos de los actuales representantes del establishment, los que ya están retirados y los que quieren cambiar el rumbo de su carrera profesional, hacen este tipo de cosas: utilizan sus contactos para presentar la persona A a la persona B”, cuenta Salin a RBTH. Según él, en estos casos la persona con la que intentan contactar (es decir, Putin) no sabe que alguien ha recibido dinero por este encuentro.

Salin está convencido de que es una práctica común. “No es corrupción, es un lobby legal”, afirma. El politólogo cree que esta práctica es bastante común en todo el mundo y no entiende por qué en caso de Fillon y Putin ha provocado un escándalo. “Creo que hay una especie de psicosis en Occidente. Todo lo que tiene que ver con Rusia provoca una reacción nerviosa”, considera el experto.

La realidad rusa

Este tipo de lobby existe en Rusia. La legislación local no controla el lobbismo (el parlamento analiza proyectos de leyes sobre la regularización de actividades de lobbistas con frecuencia, pero no consigue apoyos). En todo caso, es legal recibir dinero por ayudar a organizar un encuentro.

“Hay lobbistas profesionales que se dedican a esto: empresas jurídicas y consultores de negocios”, cuenta el director del Centro de estudios de los problemas de comunicación entre el poder y las empresas, Pável Tolstyj. El experto explicó que el encuentro en sí no es más que “una cereza encima de la tarta” que simboliza la firma de un acuerdo. El trabajo de lobbistas consiste en convencer a los políticos para que tomen una decisión favorable a los empresarios. Al mismo tiempo, es probable que los políticos no sepan que tratan con lobbistas. 

“En Rusia no hay leyes que regulen las actividades de lobbistas, por eso esta cuestión está cerrada para la sociedad”, comenta Tolstyj. Según él, las compañías de lobbistas podrían encargarse de organizar un encuentro entre su cliente y Vladímir Putin, pero el coste sería aproximadamente de un millón de dólares.

“Un pasado glorioso”

Además, subraya Tolstyj, el objetivo de los lobbistas consiste en organizar el encuentro de tal forma que “el presidente no sepa que la persona que acude ha pagado por esta oportunidad”, en caso contrario, el presidente no acudiría al encuentro. Los lobbistas actúan con cuidado y de forma discreta. Pero, según recuerda Dmitri Orlov, cuando los empresarios pagaban abiertamente por contactar con el poder esto se parecía más a la corrupción que a un lobby.

“En la década de 1990 esta clase de información era abierta. Por ejemplo, enviar una solicitud de un diputado a las autoridades valía 5.000 dólares”, cuenta Orlov. “Otros servicios, como un encuentro con Yeltsin o la aprobación de una ley federal, también tenían su precio”. Orlov subraya que probablemente los rumores no correspondían con la realidad, pero el hecho de que estos existían mostraba el carácter corrompido de la élite. Desde entonces, el sistema estatal y los mecanismos de influencia en la élite han cambiado significativamente y ahora mismo son mucho más civilizados, según Orlov.

 

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