El Foro Económico Internacional de San Petersburgo, una ventana al mundo

El 16 de junio comienza el conocido como "Davos ruso".

El 16 de junio comienza el conocido como "Davos ruso".

ufficio stampa
San Petersburgo celebrará el 20º Foro Económico Internacional (SPIEF 2016) durante los próximos 16 y 18 de junio. No es una exageración decir que se trata del evento más importante en política exterior que se realiza en Rusia.

A mediados de la década el Foro de San Petersburgo del 2000 se transformó en uno de los principales eventos políticos del país, dedicado a los principales retos a los que se enfrenta de la economía rusa en el mundo globalizado.

El Ministerio de Desarrollo Económico marca la agenda del evento en el que se tratan las condiciones y el desarrollo de la economía internacional, con especial atención a los BRICS y a la Unión Económica Euroasiática, además del mercado energético y de los sistemas financieros y a las maneras para atraer inversiones a las regiones rusas.

Tras el agravamiento de las relaciones con Occidente en 2014 el SPIEF ha sido un lugar de encuentro para políticos y compañías extranjeras que sufren pérdidas a causa de la sanciones. La misión actual del foro consiste en convertirse en una plataforma para los negocios en la que intentar superar las barreras- geográficas, de información, etc- que separan a Rusia de otros países del mundo. 

Más de 5.000 personas de 70 países han asistido a las tres últimas ediciones del foro. Mandatarios de países extranjeros, ministros, directores de compañías y periodistas han sido invitados habituales. En la edición de este año se tratarán tres temas de capital importancia para Rusia: las sanciones económicas, las tendencias económicas positivas de Rusia y el estatus del país como poder global.

Sanciones económicas

En la actualidad ningún experto cualificado apoya la creencia de EE UU; que las sanciones iban a forzar a Rusia a retirarse de Crimea y a la rendición de los líderes rebeldes del Donbass.

En cualquier caso, las sanciones, vigentes desde hace ya dos años, son peligrosas para Rusia a nivel estratégico. Ralentizan la modernización de la economía rusa, reducen la inversión al aumentar los riesgos y aumentan la pobreza de la población.

Es cierto que no todos estos problemas se derivan de las sanciones impuestas por EE UU y sus aliados. El bajo precio de los hidrocarburos y el rechazo a realizar las urgentes reformas económicas han sido factores de mayor peso.

Para luchar contra las sanciones Rusia está utilizando estrategias basadas, sobre todo, en el poder blando y en la diplomacia. Además toma medidas para la sustitución de las importaciones y abre el mercado a compañías de otros países que han apoyado las sanciones y no estaban presentes en el mercado. El objetivo es diversificar las fuentes de inversión y de bienes importados al mercado doméstico.

De modo que el principal objetivo de SPIEF 2016 será el desarrollo del diálogo con los líderes de los países más afines, entre los que hay miembros de partidos de la oposición de diversos países europeos. Habrá también encuentros entre Putin y empresarios europeos y estadounidenses que están sufriendo pérdidas a causa de las sanciones.

La visita más destacada será la de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Se trata de un movimiento diplomático pragmático y lleno de riesgos. El político ha sufrido numerosas presiones para cancelar su viaje a Rusia, aunque ha declarado que en un momento de estancamiento económico el restablecimiento de relaciones con Rusia es más importante que cualquier crítica proveniente de Washington o el Este de Europa.

Esta visita del mandatario europeo a San Petersburgo es una muestra de que la táctica de Rusia para romper el bloqueo está dando sus frutos. Además, hay otras visitas de gran importancia política, como la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon o el primer ministro italiano, Matteo Renzi, que en varias ocasiones ha solicitado el fin de las sanciones.

Además, la visita del expresidente francés Nicolas Sarkozy es una muestra de la insatisfacción de Rusia con los actuales líderes políticos del país galo. Se trata también de una apuesta de cara a las elecciones presidenciales francesas del próximo año.

Un país con una economía normal

Durante años expertos de todo el mundo han debatido acerca de la naturaleza de la economía rusa y sobre su adaptación a las normas de la economía de mercado. Los organizadores del SPIEF 2016 han creado un programa en el que la economía rusa se concibe como "normal", es decir, que se desarrolla según los mismos principios que otros países.

El programa incluye los principales retos a los que se enfrenta actualmente la economía del país y participarán los expertos más destacados. Se pondrá énfasis en la estrategia macroeconómica a medio plazo, la desigualdad social, el apoyo a las empresas, el desarrollo de la industria de alta tecnología y el desarrollo y especialización de determinadas regiones. Es cierto que el país tiene también otros problemas, como es el empobrecimiento de la población, la fuga de cerebros y de capitales y la corrupción o la ineficacia del sistema judicial.

Sin embargo, los organizadores se han fijado una "agenda positiva" y dejará estas otras cuestiones para otros foros.

Potencia global en un mundo multipolar

El objetivo estratégico de la diplomacia rusa es que se reconozca que el país es uno de los polos del orden multipolar internacional, cuyos intereses deben ser tenidos en cuenta a la hora de enfrentarse a cuestiones de seguridad y desarrollo internacional por los otros polos que participan en la toma de decisiones. Se hablará de los principales problemas a los que acutalmente se enfrentan los BRICS, la Organización de Cooperación de Shangái (OCS) y el G20.

El SPIEF 2016 ayudará a comprender cuál es la visión rusa de los principales asuntos internacionales y sus propuestas para resolverlos. Actualmente Rusia actúa junto con los países de la Unión Económica Eurasiática y en estrecha colaboración con sus socios de la OCS y los BRICS y está distanciada de EE UU, los países de la UE, que son tanto socios como oponentes.

Rusia está interesada en volver a tener un nivel de relaciones con Occidente que se asemeje al que había antes de la crisis con Ucrania. Aunque actualmente el Kremlin, así como mucha gente de a pie, cree que esto será imposible de conseguir en la próxima década.

Stanislav Tkachenko es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de San Petersburgo y profesor visitante en la Universidad de Bolonia (Italia).

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