La oposición busca espacios en Moscú

Miembros de la oposición con cárteles que piden la liberación de los detenidos el 6 de mayo de 2012, durante una marcha a favor de la libertad de prensa en Moscú. Fuente: EPA

Miembros de la oposición con cárteles que piden la liberación de los detenidos el 6 de mayo de 2012, durante una marcha a favor de la libertad de prensa en Moscú. Fuente: EPA

La oposición no podrá celebrar una manifestación en la plaza Bolótnaya de Moscú el próximo 6 de mayo. Se trata del mismo lugar donde hace tres años se produjeron graves disturbios y por los cuales hay 12 encarcelados. Además, se ha denegado el registro al opositor Partido del Progreso, del que forma parte Alexéi Navalni. Los expertos consultados consideran que hay escasas opciones de que haya protestas en Rusia a corto plazo.

La oposición no podrá convocar una manifestación en apoyo de los “Presos de Bolótnaya”, condenados a ocho años de prisión por los disturbios ocurridos el 6 de mayo de 2012, que fueron condenados a penas de prisión efectivas o en suspenso.

La solicitud para organizar una marcha en el centro de la ciudad, con una participación calculada en 15.000 personas, fue rechazada por el Ayuntamiento de Moscú. Las autoridades basaron su negativa en la masificación en el centro urbano causada por la preparación del 70º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y ofrecieron a los organizadores el noroeste de Moscú. Sin embargo, la oposición no tomará en consideración ninguna opción en las afueras. “Es muy raro celebrar en las afueras de la ciudad una manifestación dedicada a los eventos de plaza Bolótnaya”.

Hay 12 personas condenadas a ocho años de prisión por los disturbios ocurridos en la plaza Bolótnaya de Moscú el 6 de mayo de 2012, víspera de la investidura del presidente ruso, Vladímir Putin. Están acusadas de “violencia contra las autoridades”.

“Es absurdo”, declaró Alexander Ryklin, miembro de Comité de Acciones de Protesta (KPD), a RBTH. Según comenta habrá gente que irá a Bolótnaya el 6 de mayo porque “por ahora no se ha prohibido visitar la plaza”.

Por otro lado, Alexéi Navalni, uno de los líderes de la oposición sufrió un duro revés el pasado 28 de abril, ya que se denegó el registro estatal a su Partido del Progreso. El Ministerio de Justicia emitió un comunicado afirmando que este partido violaba la ley, ya que no había registrado la mitad de sus filiales en las repúblicas rusas dentro del periodo reglamentario. El líder de la oposición describió en su blog que la decisión era una reacción “a la creación de una coalición democrática y, más importante, a nuestros planes concretos para las elecciones”. Ni Navalni ni su portavoz Kira Yarmush respondieron a las preguntas de RBTH.

Los Presos de Bolotnaya no tienen ninguna oportunidad de ser liberados, según explicó a RBTH el analista político independiente Dmitri Oreshkin. La amnistía en honor del 70º aniversario de la Victoria no se les aplicó, ya que se les acusa de agresión a las fuerzas de la ley. Pero tanto la exclusión de la amnistía como la eliminación del Partido del Progreso indican que existe un miedo a la oposición, quien puede sacar ventaja de esta situación, según considera este analista político.

“La economía no está mejorando. El 29 de abril, el Ministerio de Desarrollo Económico publicó datos sobre los ingresos reales de la población: han caído un 8,3 % en comparación con el año pasado. La situación a nivel internacional está en un mal momento. La retórica antioccidental empieza a dejar de interesar”, dice el experto.

Sin embargo, la oposición está “enormemente disgregada” en comparación con 2012 y el movimiento de protesta está “decepcionado”, explica Oreshkin.

Ambos factores, la toma de conciencia de la inutilidad de las protestas, “que no provocaron ningún cambio de importancia”, y la intimidación de los activistas, que han dejado el país, han alejado a la gente de las manifestaciones, corrobora el subdirector del Levada Center, Alexéi Grazhdankin.

Un reciente estudio del Levada Center muestra que la proporción de rusos que consideran posibles las protestas masivas por motivos políticos descendió del 23 % al 15 % el año pasado. La dinámica de las protestas por motivos económicos muestra patrones similares. Pero no se acaba ahí.

Por una vez, “la gente está dispuesta a manifestarse, pero los líderes de la oposición se están mostrando más moderados en sus acciones”, dice Grazhdankin, refiriéndose a la tendencia de la oposición a renunciar a una manifestación si las autoridades no permiten que se celebre en el centro de la ciudad.

La situación se ha agravado también por la situación en Ucrania. La población tiene miedo de repetir el destino de sus vecinos, explican los sociólogos. Además, la confianza pública en las autoridades hoy en día no está basada en el bienestar material, sino en la idea de que los protegen de las amenazas exteriores que llegan de Occidente.

“En 2012 las protestas eran ideológicas. La gente tenía interés en los derechos, la democracia y unas elecciones justas. No volveremos a asistir a este tipo de manifestaciones nunca más. Lo más probable es que todo empiece en las regiones con huelgas como las que protagonizaron los trabajadores del centro espacial Vostochni cuando entraron en suspensión de pagos”, cree Oreshkin.

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