En la capital de Chechenia, Grozny, se celebró el 4 de octubre el torneo internacional de artes marciales mixtas Grand Prix Akhmat 2016, que ha provocado un escándalo en todo el país. En el ring competían niños, entre ellos los hijos del presidente de la república, Ramzán Kadyrov. El mayor de ellos tiene 10 años, y participaron en combates con las mismas normas que los adultos: con golpes en la cabeza y con patadas.
Los tres hijos de Kadyrov vencieron a sus rivales, y el mayor de ellos, Ajmat, dejó K.O. a su rival, procedente de Sochi, en 14 segundos. Y mientras los hijos de Kadyrov se peleaban para celebrar el cumpleaños de su padre y el pobre niño de Sochi lloraba, Kadyrov observaba con emoción poco disimulada los combates desde una mesa en el palco.
Estos combates en los que la única protección que llevaban los niños eran los guantes se retransmitieron en todo el país y mucha gente los consideró un espectáculo particularmente violento y desigual. Sin embargo, en Chechenia nadie piensa de este modo: “Los niños han demostrado ser verdaderos hombres y unos luchadores como es debido” — declaraba Timur Dugazáyev, representante de Kadyrov en Europa y director general de Akhmat Promotion.
Un día después de los combates entre niños, el presidente de la Unión de Artes Marciales Mixtas de Rusia y uno de los luchadores rusos más conocidos, Fiódor Emeliánenko, mostró una gran indignación. En su cuenta de Instagram Emeliánenko recordaba que, según las normas de las Artes Marciales Mixtas, a los niños menores de 12 años les está totalmente prohibido competir: “Lo que sucedió ayer durante el torneo en Grozny es inadmisible, ¡es algo completamente injustificable! No se trata solo de que los niños de menos de 12 años ni siquiera puedan estar entre el público en un combate, sino que además niños de 8 años aparecen pegándose ante la mirada alegre de personas adultas”.
La reacción desde Chechenia a las críticas de Emeliánenko no se hizo esperar. Una de las respuestas más sonadas fue la del presidente del club organizador del evento, Abuzaid Vismuradov: “La pregunta es: ¿quién se cree que es él para decir si nuestros torneos y combates son admisibles o no?”. Vismuradov añadía que a Emeliánenko “le corroe la envidia” porque el Grand Prix Akhmat 2016 está reconocido por muchos como el mejor torneo de la historia de las artes marciales mixtas rusas, y el conocido luchador no estaba invitado. “¿O es que ahora se ha convertido en un defensor de la justicia? Entonces habría que recordarle su último combate, en el que perdió vergonzosamente y acabó molido a palos delante de todo el mundo, pero sus jueces corruptos se negaron a dar su merecida victoria a Fabio Maldonado” — concluía Vismuradov.
Las respuestas en el plano de lo personal siguieron en boca de otras figuras cercanas a Kadyrov. El diputado de la Duma Estatal y multimillonario checheno Adam Delimjánov, que siempre lleva consigo una pistola de oro, calificaba a Emeliánenko de hombre “cuyo sentido de la moral, la ética y la profesionalidad es profundamente dudoso”, y declaraba que el luchador ruso deberá “responder por cada palabra dirigida” a los hijos de Kadyrov.
Pero si dejamos a un lado las acusaciones personales, el argumento principal de los organizadores de los combates consiste en que los enfrentamientos de los niños eran únicamente combates de exhibición, y que en todo momento se siguió el reglamento propio de este formato.
La reacción del gobierno federal por ahora ha sido bastante comedida, no ha habido declaraciones drásticas. “Si se ha retransmitido por televisión y lo que se muestra es real, sin lugar a dudas el hecho de dejar K.O. a un niño, y encima por televisión, es motivo suficiente para que los órganos de vigilancia abran una investigación sobre lo sucedido” — declaraba Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente Vladímir Putin.
La defensora de los derechos de los niños, Anna Kuznetsova, no publicó ningún comentario sobre lo sucedido durante dos días, y solo después de la reacción del Kremlin declaró que “es necesario comprobar hasta qué punto la celebración de este tipo de combates es un fenómeno sistemático y cómo influye en la salud de los niños”.
En las redes sociales no se ha comprendido la precaución de las declaraciones oficiales, las publicaciones sobre los combates infantiles suelen llevar el hashtag #violencia y se compara esta práctica con la educación espartana. “¿Dónde está el defensor de los derechos de los niños?”, esta es la pregunta más común.
“Camaradas, este tío es un vil canalla. ¡8 años! Lo siguiente al parecer será el airsoft infantil” — escribía en su cuenta de Facebook un usuario llamado AntonAlbov.
“Ramzán vuelve a pasar desapercibido” — escribe Andréi Galperin, haciendo referencia por lo visto a la práctica regular del gobierno federal de no dar demasiada difusión a los conflictos con Chechenia.
Este año, durante su conversación anual con la prensa en su “Línea Directa con el presidente”, Vladímir Putin aclaraba su postura respecto al líder checheno, que suele levantar escándalos que afectan a la agenda del gobierno federal. A la pregunta del jefe de redacción de la emisora Govorit Moskvá, Serguéi Dorenko, sobre si era necesario establecer unos límites de lo permitido para los Chechenos, el presidente proponía “partir de las particularidades de nuestra realidad”. “¿Entiende usted de qué clase de personas estamos hablando?” — declaraba el presidente, recordando que actualmente Ramzán Kadyrov es el presidente de Chechenia, pero que hace un tiempo corría por los bosques con un arma en las manos luchando contra el ejército federal.
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