Edificio de los servicios de seguridad del estado en la plaza Lubianka.
Lori / Legion-MediaEl nuevo Ministerio de Seguridad Estatal estará formado por el FSB, al que se le añadirán el Servicio de Inteligencia Extranjera y la mayoría de las subdivisiones del Servicio Federal de Protección, que se encarga de la custodia de los altos cargos del gobierno del país, informa el diario Kommersant.
Tendrá también nuevas funciones y se dedicará a los casos de mayor resonancia además de estar encargado de acabar con la corrupción en los órganos de la ley. Los expertos ya han tenido tiempo de comparar la nueva estructura con los influyentes servicios especiales soviéticos: el KGB.
Según subrayan los expertos, estos pronósticos de los medios de comunicación podrían cumplirse perfectamente. En Rusia existe la tradición de crear unas potentes estructuras de seguridad centralizadas.
Arkadi Murashov, director de la policía de Moscú a principios de los años 90 y actualmente especialista en politología, señala que “históricamente en Rusia siempre ha existido una estructura de este tipo, a excepción de los últimos 25 años, se trata de una estructura tradicional”.
Víktor Nechiporenko, profesor de la Academia Presidencial de Economía Nacional y Administración Pública, se muestra de acuerdo: “En la Rusia prerrevolucionaria y soviética estos servicios se encontraban en las mismas manos”.
El Ministerio de Seguridad Estatal se creó en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial. Entre sus funciones figuraban tareas de espionaje, contraespionaje y protección del gobierno. Desde el momento de su creación, el Ministerio de Seguridad Estatal actuó como rival del Ministerio del Interior y logró acaparar algunas de sus funciones. El Ministerio de Seguridad Estatal fue eliminado el día de la muerte de Iósif Stalin, el 5 de marzo de 1953.
Sin embargo, un año después se creó el Comité de Seguridad Estatal en el que se concentraban las principales funciones del ministerio eliminado. Según señala Nechiporenko, a pesar de que los servicios especiales soviéticos tenían “tareas peculiares” (entre las funciones del KGB figuraba, entre otras cosas, la lucha contra la actividad antisoviética), las tareas se resolvían con eficacia. “El espionaje soviético de aquel periodo, por ejemplo, era uno de los mejores del mundo”, asegura el experto.
Los analistas no comparten la misma opinión acerca de las tareas que pueden perseguir los gobiernos a la hora de fusionar departamentos.
Un posible motivo es el deseo del gobierno por obtener un control más efectivo del funcionamiento de los servicios especiales para evitar los conflictos entre directivos de departamentos.
Según señala el director del centro federal informativo Análisis y Seguridad, Ruslán Milchenko, durante los últimos años son frecuentes los anuncios de conflictos entre distintos departamentos: el Comité de Investigación, la Fiscalía General, el Ministerio del Interior y el Servicio Federal de Seguridad.
Milchenko asegura que esta situación influye negativamente en la imagen del poder ejecutivo y del presidente y podría desembocar en el aumento de la importancia de uno de los departamentos; en este caso el Servicio Federal de Seguridad. Además la centralización en el proceso de toma de decisiones obligaría a la fusión de varias estructuras.
Los expertos también opinan que en el Kremlin existe el deseo de poner al mando de esta estructura unificada a una persona que cuente con la mayor confianza posible del gobierno del país. Esto podría incrementar la calidad de la dirección del sistema en general.
Al mismo tiempo, los analistas se muestran bastante escépticos con la suposición de que la ampliación de los servicios especiales incremente considerablemente la eficacia de su funcionamiento. Cada una de las estructuras unificadas (el Servicio Federal de Seguridad, el Servicio Federal de Protección y el Servicio de Inteligencia Extranjera) tendrá unas tareas bastante específicas que no dependerán en gran medida de la unión de los departamentos para resolverse.
En cuanto a la lucha contra la corrupción entre los departamentos, esta nueva estructura necesitará que el Ministerio del Interior le transfiera algunas competencias. Por ahora no existe ninguna información determinada sobre este tema, subraya el analista.
En general, los expertos no creen que Rusia vaya a surgir una estructura monstruosa capaz de limitar la libertad ciudadana.
Según indica Nechiporenko, el sistema de gobierno actual es muy distinto al anterior y su base, la vertical presidencial, está interesada en controlar estrictamente a los dirigentes de los departamentos.
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