Rusia llamó hoy a evitar un derramamiento de sangre en Turquía y a solucionar los problemas en el marco constitucional tras el golpe de Estado protagonizado por el Ejército de ese país.
"Por supuesto, nosotros partimos de que es necesario evitar cualquier enfrentamiento sangriento y solucionar todos los problemas que surgen en cada país exclusivamente en el marco constitucional", dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Lavrov, que mantuvo hoy negociaciones maratonianas sobre Siria con Kerry, admitió que iba conociendo lo que ocurría en Turquía "en tiempo real".
Por su parte, éste dijo desconocer los eventos en Turquía, pero también hizo votos porque en ese país reine "la estabilidad y la continuidad".
Precisamente, Rusia normalizó recientemente las relaciones con Turquía después de que ese país pidiera perdón por el derribo a finales del pasado año de un caza ruso en la frontera con Siria, incidente en el que murieron dos soldados rusos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó entonces a su colega turco, Tayyip Recep Erdogán, de apoyar al Estado Islámico, beneficiarse del comercio de petróleo con los yihadistas y de invadir territorio sirio con el fin de derrocar al presidente sirio, Bachar al Asad.
Mientras, Turquía es uno de los principales socios de Estados Unidos, aunque en los últimos meses han surgido algunas discrepancias entre ambos países debido al apoyo de Washington a las milicias kurdas sirias que combaten a los yihadistas en el país árabe.
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