Rusia firma un crédito de 1.200 millones de euros con Cuba

AP
Rusia vuelve a Cuba a toda marcha. Así describía el vice primer ministro Dmitri Rogozin las prioridades del país tras la firma de una serie de acuerdos bilaterales. La cooperación recién reanudada abarca un gran número de sectores: la energía, la farmacéutica, el espacio, el petróleo, la aviación y el transporte.

Rusia ha expedido dos créditos estatales para reforzar sus planes a largo plazo en la isla. Uno asciende a 100 millones de dólares y se destinará a modernizar y ampliar la planta metalúrgica Antillana de Acero José Martí. El segundo préstamo es de 1.200 millones de euros y financiará la construcción de cuatro generadores para centrales termoeléctricas en Cuba. Cabe señalar que el acuerdo del crédito (y Rogozin también hizo hincapié en ello) fue firmado por el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluánov, y por el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisas Ruiz.

Siluánov es famoso por apoyar una política económica extremadamente severa, y estos fondos no se invierten en la economía rusa, sino en Cuba, un país al que Rusia ha condonado deudas que se arrastraban desde la época soviética. Pero Siluánov ha firmado el documento, lo que significa que se trata de una transacción beneficiosa para ambas partes. Según Rogozin, “hemos acudido a la firma de este acuerdo considerando todos los aspectos económicos del proceso”.

“Los acuerdos firmados en el día de hoy suponen un gran avance. Para Rusia se trata de una gran oportunidad para volver a llevar sus tecnologías y su industria a Cuba”, declaraba el vice primer ministro ruso.

Según explicaba uno de los representantes de la comitiva rusa a un corresponsal de Rossiyskaya Gazeta tras la firma, el sistema de devolución del crédito es comprensible y transparente. En primer lugar, el dinero invertido se moverá también hacia la economía rusa. El crédito de cien millones de dólares para la modernización del sector metalúrgico cubano lo gestionará un contratista ruso que forma parte de la compañía Uralvagonzavod. El crédito se emite durante un plazo de cuatro años y será devuelto durante diez años al 5 %.

Además, los generadores modernizados de las centrales Máximo Gómez y Habana Este, con una potencia total incrementada en 400 megavatios gracias al uso de avanzadas tecnologías rusas, venderán en el mercado el petróleo que consigan ahorrar. El dinero recaudado se ingresará en una cuenta especial del banco ruso Vneshekonombank. Ayer se firmó también el protocolo sobre el ahorro de combustible.

Aparte de los avances en el sector energético, el 22 de octubre se firmó también un acuerdo en el ámbito de la industria farmacéutica. Cuba tiene un medicamento muy avanzado y eficaz contra la diabetes, que ya se ha certificado en la Federación de Rusia y ha empezado a utilizarse en algunas clínicas.

Kamaz también llega a Cuba, donde está prevista la venta de hasta 1.000 camiones. También se repararán los vehículos de carga que se enviaron durante la época soviética. El parque de autobuses de Cuba contará con la ayuda de especialistas rusos. Y a principios de noviembre, varias delegaciones rusas viajarán a Cuba para negociar la creación de un centro de servicio técnico de helicópteros. La cooperación se extiende también a la industria espacial. En Cuba se instalará una estación de calibrado de la señal de GLONASS. Esto incrementará la precisión del sistema de navegación ruso.

“Los cubanos son un pueblo con el que es posible cooperar incluso en proyectos a gran escala”, concluía Dmitri Rogozin tras la firma de los acuerdos.

 

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