La relación entre los dos países se remonta a la época soviética. Fuente: AP
En el marco del fortalecimiento de la presencia de Rusia en América Latina y el Caribe -prevista en la nueva concepción de la política exterior firmada por Putin este año-, Cuba encuentra un lugar de privilegio debido a los vínculos históricos que unen a ambas naciones. La agenda bilateral es muy amplia e incluye actualmente la implementación de diversos convenios firmados tanto en la visita de Raúl Castro a Rusia el año pasado como en la propia de Dmitri Medvédev a La Habana el último febrero.
A principios de noviembre, representantes de los gobiernos de Cuba y de Rusia se reunieron en el Comité Empresarial bilateral, cuyo objetivo es el de incrementar las relaciones económicas y comerciales entre ambos países.
Allí, Cuba se ha mostrado interesada en involucrar una mayor cantidad de empresas rusas en el proceso de modernización de su industria, desde áreas tales como petróleo y energías alternativas, hasta transporte y turismo. Entre los acuerdos firmados en este contexto, cabe destacar el Programa de cooperación entre la Agencia Federal Espacial de Rusia y el Ministerio cubano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias para la exploración y el uso pacífico del espacio exterior para el período 2013-2016.
Dicha Reunión fue presidida por Rodrigo Malmierca, Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, y Eduar Vaino, titular de la sección rusa del Comité. La misma tuvo lugar en el marco de la inauguración de la XXXI Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2013), en donde participaron 52 empresas rusas, entre las que se encuentran Kamaz, Lada y Zarubezhneft.
Esta última empresa se encuentra desarrollando un proyecto de perforación de pozos petrolíferos en el yacimiento cubano Boca de Jaruco, situado cerca de la capital. Los trabajos comenzaron en noviembre de 2011 luego de la firma de cuatro contratos por 25 años entre Zarubezhneft y la empresa estatal cubana CuPet (Cuba Petróleo) para la exploración geológica y explotación de yacimientos petroleros tanto en la tierra como en el mar. Según el gobierno cubano, su Zona Económica Exclusiva en el Golfo de México contiene aproximadamente 20.000 millones de barriles de crudo.
En su discurso, Malmierca fomentó también, entre otras cuestiones, la participación de inversiones rusas en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), que es un área que establece un régimen de políticas especiales con el objetivo de fomentar el desarrollo económico sostenible. Este proyecto está relacionado al proceso de actualización del modelo económico cubano y a la necesidad de definir una nueva política hacia el capital extranjero.
Cuba espera de esta forma ampliar las inversiones en sectores industriales de relevancia estratégica tales como la industria farmacéutica; la biotecnología; la energía; y las telecomunicaciones. En términos económicos, el comercio bilateral entre ambos países llegó a unos 219,5 millones de dólares en el 2012, de los cuales 170 millones corresponden a exportaciones rusas. De esta manera, Rusia figura entre los diez primeros países en términos de volumen de intercambio con Cuba.
En este contexto, y con el objetivo de apoyar el desarrollo cubano, la Duma estatal rusa emitió una resolución demandando a los Estados Unidos el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la isla desde tiempos de la Guerra Fría. La declaración insta a los Estados Unidos a respetar las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas que, por vigésima segunda vez, le solicitan al país norteamericano levantar las sanciones impuestas de forma unilateral contra el régimen cubano.
Pero más allá de los intereses económicos en juego, está acción es primordialmente política: Moscú y La Habana han sostenido históricamente una confrontación discursiva con los Estados Unidos, acusándose mutuamente de no respetar las normas del Derecho Internacional. En este contexto, Cuba y Rusia deberían responder mancomunadamente a las acusaciones recibidas por Estados Unidos tras haber logrado ingresar como miembros al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas, cuya misión es “abordar situaciones de violación de los derechos humanos y emitir recomendaciones al respecto”.
Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, lamentó "que algunos países elegidos para el Consejo de Derechos Humanos han fallado a la hora de mostrar su compromiso en la promoción y protección de los derechos humanos", haciendo referencia a Rusia, a Cuba y a China particularmente.
Sin embargo, los escaños, otorgados por región, son elegidos por los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU de manera anónima, reflejando que la verdadera intención de la comunidad internacional es otorgarle dicho privilegio a estos países. Además de Rusia y Cuba, también fueron elegidos para integrar el CDH: China, México, Argelia, Marruecos, Sudáfrica, Namibia, Vietnam, Maldivas, Arabia Saudí, Macedonia, Francia y Reino Unido, quienes comenzarán su mandato en enero de 2014 por un período de tres años.
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