La base aérea de Incirlik
ZUMAPRESS/Global Look PressLas relaciones entre EE UU y Turquía están pasando por un mal momento. Probablemente, tanto Ankara como Washington se han quedado sin opciones para desarrollar sus relaciones en el antiguo formato de “asociación estratégica” para contener a Rusia y de interacción táctica en base a su postura anti-Asad. Algunos medios de comunicación han publicado información no confirmada sobre la retirada del armamento nuclear de EE UU de Turquía. Las recientes declaraciones del vice primer ministro Veysi Kaynak sobre que el gobierno de Turquía ponía en duda el despliegue de las fuerzas de la coalición liderada por EE UU en la base aérea de Incirlik resaltaban incluso en este contexto desfavorable.
Surgen dos preguntas: ¿cuáles son las raíces del rápido desarrollo del problema y cuál será el formato de la posible cooperación militar entre EE UU y Turquía?
Responder la primera pregunta es relativamente fácil. El líder turco basa muchas de sus acciones actuales en la desconfianza hacia EE UU. El “enemigo inventado” y encarnado en la figura del “sacerdote extremista Gülen” ayudó a Erdogan a llevar a cabo profundas purgas en sus estructuras militares y policiales. Pero ahora, la “guerra contra Gülen” está creando una serie de problemas para la política práctica, especialmente en las relaciones con EE UU. De un modo u otro, Erdogan se verá obligado a cambiar su retórica antiestadounidense.
La segunda pregunta es mucho más importante, teniendo en cuenta que EE UU no decidirá abandonar la región.
¿Cuáles pueden ser los marcos clave del nuevo formato de la presencia de EE UU en Turquía?
En primer lugar, el acceso sin obstáculos de miembros de los órganos estatales de Turquía a las instalaciones militares controladas por EE UU.
Por otra lado, la puesta en común de los planes militares. Los reproches del país otomano en este sentido son muy indicativos: el grado de participación de EE UU en la solución de los problemas reales de la seguridad de Turquía no queda claro.
En tercer lugar, la puesta en común de los planes políticos. En este caso es probable que EE UU rechace el apoyo militar a las fuerzas enemigas de Turquía y Erdogan. En estos momentos, se trata de los kurdos, aunque esto también podría cambiar.
El nuevo modelo podría llamarse “asociación situacional”: el gobierno nacional conservará el control de todos los focos regulatorios y tendrá la posibilidad de corregir las condiciones del acceso a las instalaciones militares dependiendo de la situación.
Naturalmente, una nueva pregunta que podría surgir es hasta qué punto estará dispuesta la nueva administración estadounidense a hacer estas condiciones al gobierno turco.
El problema de la presencia militar de EE UU en Oriente Próximo y Oriente Medio en general se desarrolla según un mismo vector. Catar es prácticamente el único país que está de acuerdo con el modelo “colonialista”, es decir, del uso de las instalaciones militares estadounidenses en su territorio.
Los otros países aliados están interesados en un nuevo modelo de colaboración de EE UU que garantice que las instalaciones militares no se utilicen para socavar los regímenes políticos que se encuentren en el poder, y que los gobiernos sepan exactamente lo que sucede dentro de las propias bases.
La posibilidad de que el gobierno turco cree un nuevo modelo conservando las instalaciones militares estadounidenses supondrá a largo plazo un desafío más importante para EE UU que la simple pérdida del acceso a estas instalaciones, importantes pero no vitales. Surge el riesgo de sentar un precedente y de que esta práctica se extienda a otros países.
Pero si la nueva administración estadounidense logra obtener un compromiso con Ankara sobre las bases, esto podría dar un nuevo impulso a la estrategia estadounidense de apoyarse en las instalaciones militares en el extranjero.
En general, estamos asistiendo a un claro reformateo de la política exterior turca. Y la revisión de las relaciones con EE UU es uno de los elementos más importantes. Otra pieza nueva del puzle de igual importancia es el acuerdo de Ankara con el gobierno iraquí para retirar las tropas turcas de Irak con determinadas condiciones. Se hace evidente el intento de Ankara de conseguir la máxima libertad de movimientos en su política exterior.
Por esta razón, existe una gran probabilidad de que tras las exigencias de Ankara hacia EE UU se oculte una intención mucho más amplia relacionada con un intento del gobierno turco de realizar una “maniobra de supervivencia”. Es importante, sin embargo, tener en cuenta que, según las circunstancias, el “campo de batalla” para esta maniobra podría ser la Nueva Eurasia.
Artículo publicado originalmente en ruso en Eurasia Expert.
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