Hoy en día, un ciudadano de la Federación Rusa no puede ser privado de la ciudadanía. Este principio está consagrado en la ley de ciudadanía y en el artículo 6 de la Constitución rusa. Pero en la Unión Soviética, la abrogación forzosa era una forma de represión política contra los disidentes. He aquí los casos más famosos.
Lev Trotski, uno de los fundadores bolcheviques de la Unión Soviética, mantuvo una lucha política con Stalin a mediados de la década de 1920 y perdió. En 1927 fue expulsado del Partido Comunista y en 1928 se exilió a Alma-Ata (hoy Almaty, en Kazajistán). Trotski recibió un ultimátum no oficial de Stalin: pasar desapercibido y cesar por completo toda actividad política. Cuando Trotski se negó, el gobierno decidió expulsarlo del país.
En febrero de 1929, Trotski, su mujer y su hijo, acompañados por agentes de la seguridad del Estado, fueron trasladados a Estambul. El 20 de febrero de 1932, el periódico Pravda publicó la decisión del Presidium del Comité Ejecutivo Principal de la URSS firmada por su presidente, Mijaíl Kalinin, que anunciaba la derogación de la ciudadanía soviética para Trotski y su familia "por actividades contrarrevolucionarias". Tenemos un artículo aparte sobre su destino.
Alexánder Solzhenitsyn regresa a Rusia, 1994
D. Korotaev/SputnikAlexánder Solzhenitsyn, en un principio comunista leal y entregado, decidió convertirse en escritor en su juventud, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando se matriculó en el departamento de literatura de un instituto de Moscú. Cuando comenzó la guerra, Solzhenitsyn estaba ansioso por alistarse e ir al frente. En el ejército empezó a ser crítico con la política de Stalin como Jefe de Estado, que relataba en cartas a un amigo. Estas cartas se convirtieron en el motivo de su detención y encarcelamiento: ocho años en el gulag y tres en el exilio. En 1957 fue rehabilitado.
La experiencia de Solzhenitsyn en el gulag se convirtió en la base de su "prosa de campo", que bajo Jrushchov se permitió publicar en la URSS. Sin embargo, cuando Brézhnev llegó al poder en 1964, los escritos de Solzhenitsyn volvieron a ser prohibidos. No obstante, comenzó una activa vida social en los círculos disidentes, promocionándose a sí mismo y a sus escritos. Aunque sus obras no fueron aceptadas por las autoridades soviéticas, consiguieron circular en secreto entre la intelectualidad como samizdat, autopublicaciones que circulaban de manera clandestina. En 1970, Solzhenitsyn recibió el Premio Nobel. A pesar de la constante vigilancia del KGB y de los intentos de envenenamiento, Solzhenitsyn declinó la oferta del Estado de abandonar la URSS.
A principios de 1974, las máximas autoridades soviéticas debatieron el destino de Solzhenitsyn y decidieron privarle de la ciudadanía y deportarlo del país, lo que tuvo lugar el 12 de febrero de 1974. Poco después, el escritor y su familia abandonaron la URSS, y comenzaron a destruirse ejemplares publicados de las obras de Solzhenitsyn. Sólo en 1990 se le restituyó la ciudadanía soviética, y en 1994 regresó a Rusia. Murió en 2008 en Moscú.
El eminente ajedrecista Víktor Korchnói entró en conflicto con el sistema soviético en gran parte debido a su impulsivo carácter juvenil, sobre el que escribió detalladamente en su libro Antiajedrez. Korchnói ganó numerosos campeonatos nacionales soviéticos y fue uno de los mejores ajedrecistas de la historia. En 1966, dijo que las autoridades soviéticas le propusieron renunciar a su ciudadanía, pero él se negó. "Perdí 11 años de una buena vida", lamentó más tarde.
En 1974, Korchnói perdió contra Anatoli Karpov en una partida de candidatos contra el campeón mundial Bobby Fischer. El encuentro tuvo lugar en Moscú, y Karpov gozaba del evidente apoyo de los "jefes". Baste decir que en la sala había aplaudidores a sueldo, que aplaudieron profusamente a Karpov pero recibieron a Korchnói con un silencio glacial. No era de extrañar, teniendo en cuenta la estricta jerarquía del deporte soviético y la lealtad de Karpov a las autoridades.
Tras la partida, Korchnói criticó duramente tanto a Karpov como al Comité Deportivo Soviético, ¡y lo hizo públicamente en la prensa yugoslava! El ajedrecista se enfrentó entonces a medidas disciplinarias y se le prohibió viajar fuera de la URSS durante un año.
A la primera oportunidad, sin embargo, cuando se levantó la prohibición, Korchnói partió para un torneo en los Países Bajos, y allí solicitó asilo político. Finalmente se le concedió asilo en Suiza, donde vivió el resto de su vida.
Ciudadanos judíos soviéticos cerca del Consulado de Israel en Moscú, URSS
Oleg Lástochkin/SputnikEn 1978, se le retiró la ciudadanía soviética con la declaración: "teniendo en cuenta que V. L. Korchnói cometió sistemáticamente actos incompatibles con su ciudadanía de la URSS, y con su conducta dañó el prestigio de la URSS". Aunque Korchnói, junto con muchos otros "no retornados" y disidentes, recuperó la ciudadanía en 1990, se negó a regresar a Rusia oficialmente como ciudadano. Sin embargo, participó en algunos torneos de ajedrez en Rusia.
Emigrantes de la URSS en el aeropuerto de Tel-Aviv
Alexánder Yerojin/TASSEn 1921, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto "Sobre la derogación de los derechos de ciudadanía de ciertas categorías de personas que viven en el extranjero". Según el decreto, se privó de la ciudadanía de la RSFSR a todos aquellos que anteriormente tenían la ciudadanía del Imperio ruso, y permanecieron en el extranjero más de cinco años, y no solicitaron documentos a las misiones soviéticas; así como a todos aquellos que sirvieron en ejércitos extranjeros o en la policía. En 1928, por sugerencia de varias embajadas soviéticas, se privó de la ciudadanía a 16 personas en diferentes países "por actividades antisoviéticas".
A partir de 1938, según la "Ley de Ciudadanía de la URSS", la abrogación de la ciudadanía era posible por decisión judicial o incluso por decisión del Presidium del Soviet Supremo de la URSS. En 1958, esta cuestión se retiró de la jurisdicción judicial y se convirtió así en un castigo puramente político.
Emigrantes en fila ante la Embajada de EE.UU. en la URSS
Alexander Nemenov/TASSEl artículo 18 de la nueva Ley de Ciudadanía de la URSS (1978) estipulaba que los ciudadanos podían ser privados de su ciudadanía por "acciones que denigren el alto rango de un ciudadano de la URSS y dañen el prestigio o la seguridad nacional del país". Como escribe la investigadora Elena Ponizova, "tal formulación abría la puerta a la arbitrariedad de los organismos y funcionarios estatales a la hora de evaluar el comportamiento de los ciudadanos".
Durante todos los años de gobierno soviético, decenas de disidentes y de personas que no estaban de acuerdo con las políticas del Estado fueron privados de la ciudadanía soviética, al igual que muchos escritores, filósofos, directores y otras personas de profesiones creativas. La razón era a menudo la misma: la incoherencia de su trabajo con la línea ideológica general del PCUS. La mayoría de las veces, a los que ya se habían marchado al extranjero se les despojaba de su ciudadanía, incluso bloqueando cualquier posibilidad de que regresaran y llegando a destruir a sus familias.
Durante la perestroika, muchas de estas medidas represivas contra la ciudadanía fueron finalmente revocadas. El 15 de agosto de 1990, el presidente Mijaíl Gorbachov firmó el decreto sobre la anulación de los decretos del Presidium del Soviet Supremo de la URSS sobre la privación de la ciudadanía de la URSS a algunas personas residentes en el extranjero. Este decreto devolvió la ciudadanía a casi todas las personas que sufrieron este tipo de persecución por motivos políticos durante el periodo 1966-1988.
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