Ejecución de Razin
Serguéi Kirillov (CC BY-SA 3.0)En la segunda mitad del siglo XVII, Rusia vivió una de las sublevaciones más brutales y sangrientas de su historia. Decenas de miles de cosacos y campesinos sumieron el sur del país en un estado de caos y horror. Asaltaron y saquearon ciudades, masacraron terratenientes y ahorcaron a oficiales zaristas.
Los rebeldes fueron liderados por el cosaco del Don Stepán (conocido como Stenka) Razin. Para algunos, se convirtió en un héroe nacional y defensor de los pobres y desposeídos, mientras que para otros, era un traidor, ladrón y bribón.
Se cree que Razin nació en 1630. Gracias a sus cualidades personales y buena suerte, a la edad de 30 años ya se había convertido en uno de los atamánes cosacos más destacados.
“Su apariencia era majestuosa y su postura noble, mientras que la expresión en su rostro era arrogante; era alto y tenía un rostro ligeramente marcado por la viruela. Tenía la capacidad de infundir miedo y amor al mismo tiempo. Cualquier orden que diera se ejecutaba sin preguntas y sin quejas”, escribió sobre él el viajero holandés Jan Struys, quien lo conoció en persona.
La autoridad del zar en el Don era muy débil en ese momento y los cosacos disfrutaban de cierto grado de libertad en su política doméstica y exterior. Sin embargo, Moscú involucraba regularmente a los cosacos en sus campañas militares. Stepán Razin participó en ellas, luchando contra los turcos y tártaros de Crimea.
El hermano mayor de Stenka, Iván, también luchó por el zar. En 1665, estaba en el ejército del Voievoda zarista Príncipe Yuri Dolgorukov, que llevaba a cabo acciones militares en el territorio de la Mancomunidad Polaco-Lituana.
En algún momento, Iván y un grupo de sus camaradas decidieron que su servicio al zar había terminado. Intentaron abandonar el ejército y regresar al Don, pero fueron capturados y ejecutados por deserción. Stepán Razin no pudo perdonar al Zarato de Moscovia por esto.
Al mismo tiempo, los agravios personales no habrían sido suficientes para incitar a la gente contra los boyardos y la autoridad zarista. Quienes se unieron a Razin tenían sus propias quejas contra Moscú.
La vida de la servidumbre rusa en la segunda mitad del siglo XVII era muy difícil. Los campesinos tuvieron que enfrentarse a agotadoras guerras contra suecos y polacos, la epidemia de peste más grave en un siglo y la hambruna causada por cosechas fallidas. Además, un código de leyes promulgado en 1649 (el llamado Código del Consejo) consolidó la servidumbre de los campesinos, efectivamente convirtiéndolos en propiedad de los terratenientes.
En su búsqueda de libertad y una vida mejor, los campesinos huían al Don, donde no tenían que temer ser devueltos. Sin embargo, no les esperaba ninguna tierra de leche y miel. Toda la buena tierra se había repartido entre los acomodados o los llamados cosacos domovitie (literalmente: “propietarios” o “asentados”) y el resto solo podía unirse a la pobre clase de cosacos conocida como golutva (derivada de la palabra goli/golaia, “desnudo” en español). En última instancia, para los que habían perdido toda esperanza, solo quedaba una opción: el robo y el saqueo.
Moscú solía hacer la vista gorda a las incursiones esporádicas de los cosacos en el territorio de estados vecinos. El problema fue que, al asumir el mando del nuevo grupo desorganizado, Razin decidió saquear a todos por turno, incluidos los súbditos del zar.
Stenka Razin arroja a la princesa persa al río Volga.
Dominio públicoEn 1667, emprendió una “expedición en busca de zipunes” al Volga, donde bloqueó importantes rutas comerciales estatales (el zipun, un abrigo de tela casera, se usaba como metáfora del botín). El atamán atacó caravanas comerciales y ofreció a los streltsi (infantes armados con arcabuces o mosquetes) que los protegían, la posibilidad de unirse a él o ser asesinados. Los oficiales de mayor edad de los streltsi, en cambio, fueron ejecutados sumariamente por él en memoria de su hermano.
El ejército de Razin creció inexorablemente a medida que atraía a cualquiera que quisiera ganarse la vida de manera rápida y fácil. En poco tiempo, junto con su flota de 30 strugs (barcos rusos propulsados por vela y remos), ingresó al Mar Caspio y se embarcó en el saqueo sistemático y exitoso de la costa persa.
El zar Alexéi Mijaílovich quedó impactado ante la perspectiva de una guerra a gran escala contra Persia. Inmediatamente informó al Sha Suleiman I (Safi II) a través de enviados que él no tenía nada que ver con los ataques piratas.
Una flotilla persa entró en acción contra Razin, que este destruyó completamente en la Batalla de la Isla del Cerdo en julio de 1669. Hay evidencia de que el hijo y la hija del comandante naval persa Mamed Kan fueron tomados prisioneros por el atamán. Según la leyenda, Stenka Razin ahogó más tarde a la mujer en el río Volga, en estado de embriaguez.
Captura de Astracán por las tropas de Razin.
Dominio públicoEn agosto de 1669, Razin regresó al Don, llevando consigo su botín y habiendo evitado con éxito los enfrentamientos con las tropas zaristas. El atamán estaba en la cúspide de su fama y el número de sus seguidores aumentaba constantemente, ya que cosacos, campesinos fugitivos e incluso streltsi decidían unirse a él. Todos eran aceptados sin distinción.
En la primavera del año siguiente, Stenka Razin se embarcó en una nueva campaña hacia el Volga. Solo que, esta vez, comenzó a moverse no hacia el sur, sino hacia el norte, hacia el centro del estado ruso.
El ejército de 20,000 hombres del atamán tomó ciudad tras ciudad, cometiendo actos de violencia, saqueo y la matanza indiscriminada de boyardos, oficiales, funcionarios administrativos y ricos ciudadanos. Razin revocó la autoridad del zar e instituyó la vólnitsa (autogobierno cosaco basado en la noción de libertad frente a la autoridad) en su lugar.
“¡Manos a la obra, queridos hermanos! Ahora, venguémonos de los tiranos que os han tenido cautivos peor que turcos o paganos”, les dijo a quienes se unieron a él. “He venido a daros toda libertad y liberación; seréis mis hermanos e hijos”.
Combate de los partidarios de Razin con las tropas gubernamentales.
Nikolái SamokishLos insurgentes avanzaron constantemente, tomando grandes centros como Astracán, Tsaritsin (el futuro Stalingrado, ahora Volgogrado), Sarátov y Samara. Algunas ciudades ni siquiera tuvieron que ser asaltadas: los streltsi mataron a sus oficiales y abrieron las puertas al atamán.
Razin incluso intentó dar legitimidad a su rebelión. Difundió ampliamente el rumor de que el hijo del zar Alexéi Alexéievich (que ya estaba muerto para entonces), así como el desacreditado Patriarca Nikón, que, en realidad, estaba exiliado en el Monasterio de Kirillo-Belozerski en ese momento, estaban en su ejército.
En el otoño de 1670, los insurgentes se acercaron a Sinbirsk (luego Simbirsk, hoy Ulianovsk), donde fueron derrotados por las tropas del Voievoda Yuri Bariatinski. El atamán herido logró huir al Don y se refugió junto con sus seguidores restantes en la Fortaleza de Kagalnik, donde pretendía reponerse.
Mientras tanto, los ancianos cosacos que no se unieron a la rebelión se dieron cuenta de que también podrían ser responsables ante el zar Alexéi Mijaílovich por el robo y saqueo perpetrados por Razin. Así que asaltaron el lugar de refugio de Razin y capturaron al atamán, entregándolo inmediatamente a Moscú.
Ejecución de Razin
Serguéi Kirillov (CC BY-SA 3.0)Stenka Razin fue llevado a la capital, donde fue sometido a torturas prolongadas y atroces. El 16 de junio de 1671, fue descuartizado públicamente, sus entrañas fueron usadas como comida para perros, mientras que partes de su cuerpo fueron clavadas en estacas y expuestas al público. Como lección para los viandantes.
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