En 1942, De Gaulle decidió enviar una división mecanizada para ayudar a la URSS, pero debido a la complejidad del traslado fue sustituida por un grupo de pilotos militares. Se unieron al Escuadrón Aéreo Normandía creado en la Fuerza Aérea del Ejército Rojo (en 1944 - el Regimiento Aéreo Normandía-Nieman).
Los pilotos franceses a bordo de cazas soviéticos Yak combatieron al enemigo cerca de Kursk, en Bielorrusia y Prusia Oriental. Registraron 273 aviones enemigos derribados, lo que supuso el 80% del total de victorias aéreas de la "Francia combatiente" en todo el periodo de la guerra.
Pero no todos los franceses fueron a la URSS a luchar contra Hitler. También los hubo que lucharon por él. En noviembre de 1941, la Legión de Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo (oficialmente el 638º Regimiento de la Wehrmacht), formada a partir de colaboracionistas, llegó al Frente Oriental.
La propaganda de la Alemania nazi y de la Francia de Vichy glorificaba a los legionarios como herederos de La Grande Armée de Napoleón, que debían restaurar el honor y la gloria de sus antepasados y vengar la derrota de 1812.
Sin embargo, la realidad no fue tan halagüeña. En la batalla por Moscú de diciembre de 1941, la Legión sufrió grandes pérdidas y fue trasladada a la retaguardia para luchar con los partisanos. En 1944, tras un nuevo enfrentamiento con el Ejército Rojo en Bielorrusia, la Legión fue retirada del frente y disuelta.
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