¿Por qué llaman a Rusia 'la Madre Rusia'?

Historia
BORÍS YEGÓROV
El origen de este nombre se remonta a la época de los antiguos eslavos.

La “Madre Rusia”, uno de los principales símbolos de la unidad nacional en la cultura política rusa, personificación del país y del pueblo, una imagen bien conocida no sólo dentro del Estado, sino también en el extranjero.

La historia de este símbolo se remonta a la antigüedad. Está directamente relacionado con una de las deidades más importantes del panteón eslavo: la Madre Tierra (Mat Sirá Zemliá, en ruso), que dio vida a todos los seres vivos y plantas.

A lo largo de los siglos, la Santa Madre Tierra ha sido parte integrante de la cultura rusa. Durante el nacimiento del Imperio ruso bajo Pedro el Grande, a principios del siglo XVIII, esta imagen se generalizó en la literatura, las bellas artes y la arquitectura.

Así, los sellos del zar representaban a la Madre Rusia como una mujer con una corona en la cabeza, un manto sobre los hombros, con un cetro y un orbe (símbolo del poder estatal en forma de bola dorada con una cruz) en las manos.

La imagen del zar-bátiushka (el padre zar) está inseparablemente unida a la imagen de la Madre Rusia. Mediante la coronación, el monarca, como si hubiera concluido un matrimonio sagrado con ella, recibía poder sobre ella, podía hablar y actuar en su nombre.

La Madre Rusia en la época imperial: símbolo de unidad no sólo de los pueblos eslavos orientales ortodoxos (rusos, ucranianos, bielorrusos), sino de todos los pueblos que formaban parte del inmenso Estado.

La Madre Rusia es amable, cariñosa y justa con los suyos, pero es implacable y despiadada con los enemigos del Estado, la fe ortodoxa y los eslavos. En la propaganda rusa de la guerra contra el Imperio otomano en 1877-1878, aparecía en forma de doncella guerrera, que protege a una mujer serbia y pisotea con los pies la media luna turca derrotada.

En los carteles de la Primera Guerra Mundial, Rusia, Inglaterra y Francia aparecen representadas bajo la forma de tres santas hermanas mártires: Fe, Esperanza y Amor. De este modo se subrayaba el carácter justo de la guerra por parte de la Entente: “La Santa Rusia, en nombre de Dios, realiza su camino victorioso”.

La actitud de una parte de la sociedad ante la imagen de la Madre Rusia cambió durante la Guerra Civil. Para los bolcheviques, se asociaba con el atraso y la pereza de la Rusia zarista. Aparecieron caricaturas, en las que una mujer gorda (símbolo de la Madre Rusia) es azotada para que se le quite toda la tontería.

Para los “blancos”, que se opusieron al poder soviético, la imagen de la Madre Rusia seguía siendo sagrada. En su caricatura En sacrificio a la Internacional la Madre Rusia aparece como una pobre mujer atada que está siendo maltratada por los líderes bolcheviques.

La Madre Rusia no fue recordada en la Unión Soviética durante casi dos décadas. A finales de los años 30, reaparece en la vida pública, pero ahora bajo el nombre de la Madre Patria.

La Madre Patria alcanzó su pico de popularidad durante la Segunda Guerra Mundial. El cartel desde el que llamaba a los ciudadanos a levantarse en defensa de su país natal se distribuyó por todas partes. Después de la guerra, en el lugar de las sangrientas batallas en Volgogrado (antes Stalingrado) fue levantada una estatua monumental “¡La Madre Patria llama!” de de 85 metros de altura.

Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, Rusia se encontró sumida en una prolongada crisis económica y política, y pocos se acordaron de las imágenes ideológicas. Hoy en día, la Madre Rusia vuelve a percibirse como uno de los símbolos más importantes de la unidad nacional.

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