En la comedia soviética La ironía del destino, o goce de subaño el protagonista vuela de Moscú a Leningrado, llega a un bloque con la misma dirección que el suyo moscovita, abre la puerta de otro con su llave y se duerme. No le pareció que pasara nada raro. Primero, porque estaba muy borracho y, segundo, porque la distribución y el interior de su apartamento de Moscú y el de la otra persona en Leningrado eran casi idénticos.
Muebles altos barnizados de madera oscura con libros y sillas tapizadas de felpa roja, papeles pintados oscuros y puertas cubiertas de pintura blanca, una mesa de centro pulcra de madera clara con una lámpara de mesa... los directores artísticos destacaron en esta película elementos clave de los interiores, característicos de muchos apartamentos soviéticos de los años setenta.
A mediados de la década de 2010, el diseño de “estilo soviético” empezó a aparecer cada vez con más frecuencia en los interiores de cafés, restaurantes y apartamentos rusos. Y no es porque los propietarios no tuvieran tiempo o dinero para hacer reformas. Al contrario: Los conocedores del estilo soviético buscan armarios altos yugoslavos y vajillas de cristal de plomo checoslovacas, radiogramas y maletas soviéticas, juegos de té polacos y sillas de la Alemania del Este: objetos y muebles deficitarios y producidos en serie que llenaban apartamentos hace medio siglo.
Normalmente, los interiores de apartamentos de la época soviética, sobre todo de los años 1960-1970, se denominan “estilo soviético”. Se trata de una variante localizada del estilo de mediados de siglo, que surgió en Europa tras la II Guerra Mundial, llegó rápidamente a Estados Unidos y, con el tiempo, también a la Unión Soviética.
Este estilo resolvía los problemas de mobiliario de los apartamentos pequeños. Como después de la Segunda Guerra Mundial había una aguda escasez de viviendas, comenzó la construcción masiva de bloques con apartamentos pequeños estandarizados. Los muebles pesados de principios del siglo XX no se adaptaban a las nuevas condiciones de vida. Y, lo que es más importante, no satisfacía el estado de ánimo de la misma.
“Cualquier estilo es una declaración de la sociedad sobre su visión del mundo. Después de la guerra, los valores de la gente cambiaron drásticamente, la gente sentía plenamente la fragilidad de la vida, así que los interiores se volvieron más sencillos y ligeros, como algo temporal. Por ejemplo, ahora todos los muebles se sostenían sobre patas: ése es uno de los rasgos distintivos del “Mid-century”, el estilo de los años cincuenta. Una vez más, es una decisión acertada para los pisos pequeños. Cuanto más se ve del suelo, más grande parece la habitación. Nuestro cerebro evalúa el tamaño de una habitación en función de la parte del suelo visible a nuestros ojos”, explica la diseñadora Yanina Trofímovich.
Otro rasgo distintivo de este estilo de mediados de siglo es la apariencia de los muebles hechos de madera contrachapada. Por ejemplo, sillones y estanterías. Pero también eran relevantes los muebles chapados y barnizados. “Muchos recordarán los soportes barnizados con patas o los armarios del apartamento de sus abuelas”, dice Yanina.
Según ella, los muebles de fabricación específicamente soviética no se utilizaban mucho en los interiores de la época: no más de una cuarta parte del total. Lo que también se consideraba mobiliario soviético se fabricaba sobre todo en Polonia, Checoslovaquia, Alemania Oriental y Rumanía. En la URSS, algunos artículos se producían en Estonia y Letonia.
Un proyecto del diseñador y bloguero francés Gregory Lesterlin, desarrollado en 2022 para un apartamento moscovita de un dormitorio, es un buen ejemplo de estilización de interiores para asemejarse a la época de la URSS.
“Este era un proyecto que realmente quería hacer desde hace mucho tiempo. Cuando vi este apartamento, hablé con el propietario y le pregunté: ‘¿Puedo hacer lo que quiera?’ Me dijo: 'Sí, claro'. Así que le dije que quería hacer un apartamento soviético por las vistas, por todo lo que tiene este lugar”, cuenta Gregory.
El diseñador francés también señala las similitudes entre los muebles europeos de mediados de siglo y los soviéticos:
“Me gusta el estilo soviético, en términos de decoración. Se trata sobre todo de muebles, porque en Europa tenemos más o menos lo mismo, sólo que organizado de otra manera”.
En cambio, la URSS tenía sus propias características: por ejemplo, alfombras en las paredes. Y tal elección decorativa, según Gregory, puede presentarse hoy de forma interesante.
“La primera vez que vi una alfombra en la pared, me pareció un poco extraño. Pero, si se hace bien en el interior (es decir, si se encuentra una bonita y se le da estilo a todo), puede quedar muy bien”.
Un retrato de Vladímir Ilich Lenin llama la atención en su proyecto.
“Lenin fue el fundador de la Unión Soviética. Por lo tanto, no voy a poner a Stalin ahí - él es sólo uno que llegó después. Así que, si quieres hablar de la Unión Soviética, debes usar a Lenin y a nadie más. Puede que fuera un poco provocador, pero creo que va bien con el estilo", señala Gregory.
La representación del líder evocó emociones contradictorias en el público, pero, en cierto sentido, dio más popularidad al proyecto.
Arlette, la perra de Gregory Lesterlen y Olga Shangina
Olga Shangina“Este apartamento salió en algunas revistas y había como un 50% a los que les encantaba, un 50% que lo odiaban, para ellos era un escándalo... Pero, este apartamento acabó en el top 10 de los mejores de Rusia en 2022 (Según mydecor.ru - nota del editor). Mientras los profesionales reconozcan el trabajo, el resto es sólo cuestión de gustos”, afirma Gregory Lesterlin.
Para crear un interior neosoviético, aconseja sumergirse en el estudio de la historia.
“Hoy en día la gente olvida la historia demasiado rápido. Así que lee sobre la historia, busca fotos, ve a tiendas con muebles antiguos. Y hazlo como a ti te guste”.
La moderación separa un interior estilizado de otro que no ha sido renovado desde la época de la URSS.
“No se pueden seguir directamente los estilos del pasado: es demasiado fácil crear una sensación de obsolescencia y un museo de no muy buena calidad”, opina Yanina Trofímovich. "Es más interesante crear un estilo fuera del tiempo, pero con algunos atributos del estilo de los años cincuenta, sesenta. Sólo tienes que tener un par de muebles vintage y realmente preciosos. El resto puedes diseñarlo en un estilo moderno".
No obstante, hay varios principios básicos que distinguen el estilismo soviético. Son fáciles de reproducir.
Un sofá, una librería y un mueble de TV deben tener esquinas claras y rectas, y todos deben apoyarse sobre patas ligeras en forma de cono.
Las formas redondeadas están permitidas en los electrodomésticos, como en el caso del frigorífico. Incluso puedes restaurar un frigorífico soviético ZIL, que sin duda aportará un toque de estilo.
“Por supuesto, necesitas una alfombra. Puedes echar un vistazo a los kilim vintage: encajan bastante bien con la estética de aquellos años”, dice Yanina Trofímovich.
Pero no se atreve a poner un retrato de Lenin en la pared. “Los retratos de líderes son más kitsch. Sin embargo, los cuadros o gráficos soviéticos tienen estilo. Esquiadores, trabajadores del campo, escenas en una piscina o en una obra de construcción... todo encaja”, opina.
La diseñadora y profesora de la Universidad Estatal de San Petersburgo Svetlana Vitkóvskaia, por su parte, llama la atención sobre las texturas. Aconseja utilizar papeles pintados en la decoración de paredes y poner linóleo en el suelo o revestirlo con parqué. Lo mejor es encalar o pintar el techo, y en ningún caso utilizar techos tensados.
“Al crear el interior, puedes acordarte de los muebles altos fabricados en Alemania Oriental y Yugoslavia. Una parte necesaria del interior: libros y un armario con cristal de plomo”, subraya Svetlana.
Para un salón o un comedor, recomienda buscar una mesa plegable de chapa barnizada de color cerezo o avellana y combinarla con sillas de madera con asientos de suave tapicería. Es importante prestar atención a los detalles: colgar una alfombra en la pared es imprescindible y asegurarse de conseguir una lámpara de pie, sillones y una mesa de centro.
A pesar de su especificidad, los diseñadores valoran el “estilo soviético” y el "Mid-century" por cómo pueden integrarse en cualquier diseño arquitectónico. “No se puede utilizar el estilo clásico en una jrushchovka: es de risa. Pero se puede crear Mid-century en viviendas prerrevolucionarias, en edificios nuevos, en una stalinka, en una jrushchovka: este estilo no tiene pretensiones”, concluye Yanina Trofímovich.
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