Durante la Revolución Sandinista en Nicaragua (1979-1990) el gobierno de EE UU apoyó a las contra (contrarrevolucionarios nicaraguenses) que atacaban al territorio de Nicaragua desde las bases militares en Honduras. Por su parte, los sandinistas recibieron el apoyo económico y militar por parte de Cuba, la URSS y los países de orientación socialista. En el marco de este conflicto, que era uno de los muchos reflejos de la Guerra fría, EE UU llegó a minar los puertos de Nicaragua en 1986 y consiguieron organizar el canal de entrega de armas a través de las operaciones financieras ilegales con Irán.
La ayuda de la URSS a Nicaragua se amplió especialmente después de la visita de Daniel Ortega a Moscú en 1982, donde en una reunión con los dirigentes soviéticos, según el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andréi Gromiko, el dirigente nicaragüense negoció la ayuda de la Unión Soviética. Se firmó un tratado soviético-nicaragüense de amistad y cooperación.
Durante el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1979-1990, Nicaragua se convirtió en el segundo socio estratégico más importante de la URSS en América Latina (después de Cuba). Nicaragua recibió ayuda económica y militar a gran escala y apoyo moral y político de la Unión Soviética, según informa RIA Novosti.
De hecho, la URSS y Cuba pusieron en marcha un programa de rearme del ejército nicaragüense, equipándolo con vehículos blindados, artillería y aviones militares modernos para la época. Según datos oficiales, de 1978 a 1990 visitaron Nicaragua 688 militares soviéticos, en su mayoría instructores, incluidos 77 reclutas.
La URSS organizó el suministro de cañones antitanque, obuses, lanzacohetes múltiples BM-21, morteros, cañones antiaéreos y tanques T-55. Estos últimos fueron especialmente relevantes, ya que aunque Nicaragua contaba con muy pocos tanques ligeros estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. La ayuda a las fuerzas antisandinistas llegaba por aire y la organización de la defensa antiaérea era una tarea urgente, que se resolvió suministrando no sólo cañones antiaéreos de tiro rápido, sino también misiles tierra-aire. Los militares nicaragüenses fueron entrenados por instructores soviéticos. A finales de 1987, las fuerzas de defensa aérea sandinistas contaban con unos 400 cañones antiaéreos y más de 350 misiles tierra-aire. La fuerza aérea nicaragüense estaba compuesta por trece An-2, seis An-26, unos cuarenta helicópteros Mi-8/17 y una docena de Mi-24.
El volumen total de suministros militares soviéticos a Nicaragua, según diversas estimaciones, fue de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares. Esta cantidad superó la ayuda prestada por EE UU a los contras y en parte determinó el resultado de la confrontación militar.
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