Sí, bastantes. Sin embargo, las autoridades rusas no tienen nada que ver con esto. Todos los monumentos suelen estar situados en algún lugar de la periferia y han sido conservados o creados por iniciativa privada de alguien. He aquí algunos de ellos:
En 2022 se erigió un monumento a Stalin en la ciudad de Náberezhnie Jelni (a 1.000 km de Moscú). Está situado en el territorio de una escuela pública, y la iniciativa fue del director de esta institución educativa.
El monumento del parque Muzeon de Moscú fue creado en 1938 por el escultor Serguéi Merkulov. Originalmente se encontraba en la ciudad de Dubna, pero fue trasladado al parque en 1991. El monumento se conserva aquí como obra de arte, junto con muchas otras esculturas. Por ejemplo, Mijaíl Lomonósov, Mahatma Gandhi y Pedro el Grande.
En 2015, se erigió en Yalta (Crimea) un monumento a Stalin, Churchill y Roosevelt, en conmemoración de la Conferencia de Yalta.
El veterano de la Segunda Guerra Mundial Ajtiam Sururtdinov erigió en 2000 un monumento en la aldea tártara de Lashmanka (a unos 1.000 km de Moscú). Ajtiam lo encontró en un vertedero de Samara, lo llevó a su pueblo natal y lo restauró.
Hay otro monumento en el pueblo de Shelanger (a unos 700 km de Moscú). Se instaló en 2015 en el territorio de la planta local de procesamiento de carne por iniciativa del director. Al mismo tiempo, ocupa el cargo de secretario de la célula local del Partido Comunista.
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