Estos 2 mariscales de campo nazis sobrevivieron al cautiverio soviético

Friedrich Paulus y Ferdinand Schörner

Friedrich Paulus y Ferdinand Schörner

Kira Lisitskaya (Foto: Bundesarchiv; Sergey Smolsky/TASS)
Durante la Segunda Guerra Mundial, sólo tres mariscales de campo nazis fueron capturados por la Unión Soviética. Uno (Ewald von Kleist) murió, pero otros dos vivieron para regresar a su país natal.

Friedrich Paulus

El mariscal de campo Friedrich Paulus capturado por las tropas soviéticas

Friedrich Paulus fue el primer mariscal de campo alemán en rendirse a los soviéticos. Estaba al mando del 6º Ejército, que quedó rodeado en Stalingrado. El 31 de enero, Paulus fue ascendido a General Mariscal de Campo, lo que en esencia era una orden velada de suicidio. “Ni un solo Mariscal de Campo ha sido hecho prisionero”, dijo Hitler en el radiograma a Paulus.

Paulus decidió no suicidarse y se entregó como prisionero de guerra a las tropas del 64º Ejército Soviético. Poco dispuesto a ser responsable de la capitulación del ejército, confió la negociación con el mando militar soviético a sus subordinados, Friedrich Roske y el general Arthur Schmidt.

Segunda Guerra Mundial. El frente ruso. La batalla de Stalingrado. El general alemán Friedrich Paulus, sentado en el centro, con su estado mayor del VI ejército frente a Stalingrado, septiembre de 1942- febrero de 1943.

En cautiverio, Paulus se negó inicialmente a hablar en contra de Hitler y el fascismo. Sin embargo, cambió su comportamiento tras el fallido intento de asesinato de Hitler en julio de 1944, en el que participaron algunos de sus amigos y colegas.

A partir de agosto de 1944, la radio moscovita en lengua alemana emitió el discurso de Paulus al pueblo alemán, en el que pedía a sus compatriotas que acabaran con Hitler y establecieran un nuevo gobierno para poner fin a la guerra y restablecer relaciones amistosas con el actual enemigo. De este modo, Paulus, que era una figura respetada y conocida en la Alemania nazi de la época, se convirtió en uno de los activistas propagandísticos clave en la batalla contra el nazismo.

En los Juicios de Núremberg, Paulus se convirtió en la baza de la Unión Soviética al declarar como testigo de cargo. Tras los juicios, fue trasladado a la URSS, donde vivió en un suburbio de Moscú, trabajó como consultor en la película soviética La batalla de Stalingrado y escribió sus memorias. A pesar de recibir un trato especial (el Mariscal de Campo tenía un ayudante, un médico y un cocinero trabajando para él, e incluso se le proporcionaron unas vacaciones en Crimea), a Paulus no se le permitía salir de la URSS.

Sólo tras la muerte de Stalin pudo Paulus abandonar definitivamente el país y regresar a Alemania.

“Antes de abandonar la Unión Soviética”, escribió en una declaración publicada en la URSS en octubre de 1953, “me gustaría decir al pueblo soviético que una vez llegué a su país como enemigo en obediencia ciega, pero ahora dejo este país como su amigo.”

Ferdinand Schörner

Mariscal de Campo Ferdinand Schörner en el verano de 1944.

Ferdinand Schörner era conocido por ser uno de los comandantes más despiadados de la Wehrmacht. Ordenaba fusilar a sus soldados si abandonaban sus posiciones sin permiso. En enero de 1945, Schörner fue nombrado comandante del Grupo de Ejércitos Centro y utilizó tribunales militares y medidas disciplinarias contra sus tropas. Hitler ascendió a Schörner al rango de Mariscal de Campo el 5 de abril de 1945.

El 29 de abril de 1945, Hitler nombró a Schörner comandante en jefe de las fuerzas terrestres. Tras el suicidio de Hitler el 30 de abril de 1945, Schörner fue considerado formalmente comandante supremo del ejército nazi hasta la rendición de Alemania el 9 de mayo de 1945. Sin embargo, nunca llegó a aceptar el cargo, sino que se puso al frente de las tropas alemanas que luchaban en la zona de Praga.

En vísperas de la rendición, Schörner ordenó a sus tropas que se retiraran hacia el oeste y abandonó el ejército. Se rindió a los estadounidenses el 17 de mayo de 1945, pero fue entregado al mando soviético el 26 de mayo de 1945.

De 1945 a 1952, Schörner estuvo recluido en varias prisiones de Moscú, a la espera de juicio. En 1952 fue condenado a 25 años en campos de trabajos forzados de la URSS.

No contento con sus perspectivas, Schörner escribió una carta a Stalin solicitando el indulto. Sorprendentemente, las autoridades soviéticas accedieron y su condena se redujo a 12 años y 6 meses.

El mariscal de campo alemán Ferdinand Schörner entra en la sala del tribunal durante su juicio en Alemania el 4 de octubre de 1957.

Sin embargo, Schörner fue puesto en libertad incluso antes, en enero de 1955, y se le permitió regresar a Alemania, donde fue recibido con frialdad. Fue juzgado por mandar ejecutar a soldados alemanes y luego condenado a cuatro años y medio de prisión por un tribunal bávaro, en 1957. En 1960 fue puesto en libertad por motivos de salud. Murió, olvidado, en Múnich el 2 de julio de 1973.

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