Cómo Kliment Voroshílov se convirtió en el primer mariscal soviético

Iván Shagin/Sputnik
Este comandante militar no brilló como mando militar. Sin embargo, su devoción fanática a Stalin le aseguró una alta posición en el Estado soviético.

"¡Y el primer mariscal nos guiará a la batalla!", cantaba una popular canción soviética sobre Kliment Yefrémovich Voroshílov. No fue formalmente el primer mariscal de la Unión Soviética, porque simultáneamente con él, el 20 de noviembre de 1935, se concedió el alto título militar a otros cuatro jefes militares. Sin embargo, fue Voroshílov quien ocupó un lugar especial en la conciencia popular, un orden de magnitud superior al de sus colegas.

Kliment Voroshílov

Kliment tuvo, en efecto, mucha más influencia que otros jefes militares. Desde 1925 dirigió el departamento militar del país, inicialmente como Comisario del Pueblo (Narkom) para Asuntos Militares y Marítimos de la URSS, y desde 1934 como Comisario del Pueblo para la Defensa.

Además, era íntimo amigo y colaborador de Stalin, con quien se había reunido durante la Guerra Civil. El líder soviético elogió la actuación y la lealtad personal de Kliment.

Kliment Voroshílov se reúne con mujeres miembros del Komsomol condecoradas con la insignia de honor

El patrocinio de Stalin ayudó a Voroshílov en la segunda mitad de la década de 1930, cuando éste tuvo un conflicto con su adjunto, el mariscal Mijaíl Tujachevski, extremadamente ambicioso y ambicioso. Los mandos militares tenían visiones diferentes sobre cómo mejorar la capacidad defensiva del país, y como cada uno tenía sus propios partidarios, surgió una clara división en la cúpula político-militar de la URSS.

Finalmente, Stalin apoyó a su viejo amigo. En 1937, el "Napoleón Rojo" Tujachevski y varios mandos militares que compartían sus puntos de vista fueron detenidos, acusados de preparar un golpe de estado y pronto fusilados.

Iósif Stalin (izquierda) y Kliment Voroshílov

En agradecimiento, Voroshílov participó activamente en las represalias a gran escala contra los mandos del Ejército Rojo, que pronto comenzaron en el país. Con decisión envió a los órganos del NKVD listas de comandantes que debían ser detenidos con la resolución de llevarse inmediatamente a "todos los canallas". Cuando su amigo Ion Yakir, comandante de 1er rango, que había sido detenido, le envió una carta en la que aseguraba al comisario su inocencia, éste le dijo: "Dudo de la honradez de ese hombre deshonroso". 

Voroshílov firmó personalmente 185 listas de ejecuciones. En la primavera de 1939 sólo dos de los cinco mariscales de la Unión Soviética seguían vivos, y uno de ellos era Kliment Voroshílov.

Bajo su mando como Comisario de Defensa, el Ejército Rojo pasó completamente del obsoleto principio territorial-militar de dotación al principio de cuadros, y fue equipado regularmente con armamento moderno. Además, se inició la formación masiva de oficiales de mando, se puso en marcha el sistema de formación militar de los jóvenes antes de la conscripción, se realizó un poderoso avance en el desarrollo de la marina de guerra y de las tropas aerotransportadas.

Sin embargo, la dura y sangrienta Guerra de Invierno contra la pequeña Finlandia en 1939-1940 demostró que las fuerzas armadas soviéticas no eran tan formidables como parecían. Los problemas con la gestión de las tropas, su abastecimiento, el entrenamiento para el combate y la cohesión combativa de las unidades eran enormes. El nivel de formación del personal de mando era insatisfactorio, y el propio Comisariado del Pueblo para la Defensa "revelaba una gran negligencia".

La capacidad de Kliment para gestionar eficazmente el estamento militar fue cuestionada a menudo por otros mandos militares. Así, además de Tujachevski, también fue activamente criticado por el mariscal Gueorgui Zhúkov.

"Hay que decir que Voroshílov, entonces Comisario del Pueblo, era incompetente en esta función. Siguió siendo un diletante en asuntos militares hasta el final y nunca los conoció profunda y seriamente", afirmó el famoso comandante. 

Genrij Yágoda, Alexánder Egorov, Kliment Voroshílov, Mijaíl Tujachevski y Yan Gamarnik en la Plaza Roja

Los malos resultados de las tropas soviéticas en la Guerra de Invierno también hicieron que Stalin reconsiderara su actitud hacia el mariscal. En mayo de 1940, Kliment fue destituido de su cargo, que ocupó durante casi quince años.

Sin embargo, el "padre de las naciones" no iba a apartar del poder a su leal favorito. Voroshílov asumió el cargo de presidente del Comité de Defensa del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS, que supervisaba los asuntos más importantes de la defensa del Estado.

Tras el comienzo de la guerra contra la Alemania nazi, Stalin dio a Kliment Voroshílov la oportunidad de demostrar su valía como jefe militar, pero su mando de la dirección noroeste y del frente de Leningrado terminó con la retirada de las tropas enemigas en los accesos más cercanos a la ciudad. Posteriormente, el mariscal visitó repetidamente los frentes como representante del Alto Mando Supremo y colaboró en la preparación de las operaciones militares, pero ya no participó en el mando directo de las tropas.

Mucho más eficaz fue la actuación de Voroshílov en el otoño de 1942 como comandante del movimiento guerrillero. Gracias a sus esfuerzos, se introdujo un eficaz esquema de gestión de las fuerzas guerrilleras y se resolvieron muchos problemas de entrenamiento, abastecimiento de destacamentos, etc. Más tarde dirigió el Comité de Trofeos y participó en la Conferencia de Teherán.

El devoto Voroshílov permaneció a las órdenes del jefe hasta su muerte en 1953, pero ni siquiera tras la marcha de su patrón perdió peso político. Cuatro años más tarde se unió al llamado grupo antipartido en un intento de privar del poder a Nikita Jrushchov.

Nikita Jruschov y Kliment Voroshílov de vacaciones en Crimea

El intento fracasó, pero tuvo suerte. Como entidad independiente, el anciano mariscal no representaba ningún peligro para Jrushchov, y éste no buscó su expulsión del Partido Comunista, como ocurrió con otros miembros del grupo derrotado. Voroshílov se retiró pronto y dedicó los últimos años de su vida a escribir sus memorias.

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