En el lujoso hotel St. Regis, en el centro de Manhattan, los respetados y adinerados estadounidenses se reunieron para asistir a una presentación de vino espumoso ruso de Abráu-Diursó bajo la marca Nazdorovia. Donald Kendall, director de PepsiCo, les invitó a tan inesperado acontecimiento en plena Guerra Fría, en 1975. Se suponía que la cata de vinos espumosos soviéticos promovería un “mejor entendimiento” y “reduciría las tensiones” entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero, naturalmente, también había detrás de todo esto existía un considerable interés comercial.
En 1971, Donald Kendall, durante su visita a la URSS, negoció con los dirigentes soviéticos un acuerdo para suministrar productos PepsiCo a la Unión Soviética. Así, Pepsi-Cola se convirtió en la primera limonada occidental que se vendía oficialmente en el país. A cambio, PepsiCo debía importar y distribuir en Estados Unidos el vodka Stolíchnaia y el vino espumoso Nazdorovia.
Alexei Kosiguin, Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, negoció el intercambio de gaseosa por vodka basándose en la fórmula “litro por litro”. Sin embargo, acabó arreglando las cosas para que el vodka se contabilizara como producto acabado y la soda como concentrado. Así, al final, la fórmula fue de 1 a 17. Y no a favor de los estadounidenses.
En 1973-1981 se enviaron a Estados Unidos 1,9 millones de decalitros de vodka Stolíchnaia por un importe de 25 millones de dólares. Al mismo tiempo, durante el mismo periodo se produjeron 32,3 millones de decalitros de Pepsi-Cola, cuyos ingresos ascendieron a 303,3 millones de rublos (teniendo en cuenta el tipo de cambio, 139,3 millones de rublos más). Sin embargo, los estadounidenses no recibieron ningún dinero por la Pepsi-Cola, sino sólo los ingresos por la venta de las bebidas alcohólicas soviéticas en Estados Unidos.
Cabe suponer que el volumen de los envíos de vino desde la Unión Soviética era más modesto que el del vodka. No obstante, desde 1974 el vino espumoso soviético Nazdorovia se vendió en varias tiendas de Estados Unidos.
El nombre del champán Nazdorovia no fue elegido por casualidad. Deriva del brindis ruso modificado “Na zdorovie” (“Por la salud”, en español) que se escucha en todas las películas americanas en las que aparece vodka ruso.
Para Estados Unidos, importar vino espumoso en aquella época no era ninguna sorpresa. Se compraba en Yugoslavia, Sudáfrica y Australia.
El periodista Frank J. Prial, en un artículo publicado en The New York Times en 1975, describía el Nazdorovya Extra Brut como “un vino seco y equilibrado” y Nazdorovia Brut como “de color más dorado, con un regusto ligeramente dulce al final”.
Estos vinos espumosos se produjeron en Abráu-Dursó, en la región de Krasnodar, a partir de uvas cultivadas localmente. Los viticultores utilizaron las variedades Pinot Noir y Pinot Chardonnay. Como exige la tecnología clásica de producción de champán, el vino se añejaba durante tres años. La URSS también suministraba vino espumoso con la marca Nazdorovia a Bélgica, Brasil, Italia, Canadá, México y países de Europa del Este.
En Estados Unidos, una botella de extra brut costaba 13 dólares y de brut 9,95 dólares. El precio se acercaba al de una botella de champán francés sin añada Moet & Chandon (10$) y era más caro que el vino espumoso premium de California.
En 1979, las relaciones soviético-estadounidenses sufrieron una nueva crisis tras la invasión soviética de Afganistán; la demanda de bebidas soviéticas se vino abajo. A finales de los 80, antes del colapso de la URSS, los estadounidenses reorientaron el trueque hacia la compra de material militar soviético.
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
LEE MÁS: Cómo PepsiCo y Coca-Cola se enfrentaron por el control de la Unión Soviética