Los traidores a Rusia más famosos de la historia

Iván Mazepa

Iván Mazepa fue una de las pocas personas que gozó de la infinita confianza del zar Pedro I. Como hetman (gobernante) de la Ucrania de la orilla izquierda (que entonces formaba parte de Rusia), sirvió fielmente al monarca durante muchos años, por lo que recibió de sus manos la más alta condecoración estatal: la Orden de San Andrés.

Sin embargo, el fracaso de la Guerra del Norte de Rusia (1700-1721) obligó a Mazepa a pensar en las perspectivas de secesión de Moscú y la creación de una Ucrania independiente, donde él mismo sería el gobernante. Tras unas negociaciones secretas con el rey sueco Carlos XII en octubre de 1708, el hetman se puso abiertamente de su parte.

Pedro despojó inmediatamente a Mazepa de todos sus títulos y galones, y la Iglesia Ortodoxa Rusa lo anatematizó. La mayoría de los cosacos no apoyaron al hetman y permanecieron leales al zar. Cuando el 8 de julio de 1709 las tropas suecas, y con ellas una pequeña fuerza de rebeldes, fueron derrotadas cerca de Poltava, Mazepa tuvo que huir al territorio del Imperio Otomano, donde murió el 2 de octubre del mismo año.

Guénrij Liushkov

Guénrij Liushkov fue uno de los desertores de más alto rango en la historia de la Unión Soviética. Comisario de Seguridad del Estado de 3er rango, jefe del NKVD de la región del Lejano Oriente, cruzó en secreto la frontera del estado títere japonés de Manchukuo en la madrugada del 13 de agosto de 1938.

Durante el periodo de represión política masiva en la Unión Soviética, conocido como el Gran Terror (1936-1938), Liushkov se dedicó a combatir a los "enemigos del pueblo" en el Extremo Oriente. Como resultado de sus actividades, una ola de arrestos se extendió por el ejército, el NKVD, el aparato del Partido y la Flota del Pacífico.

No era raro en esta época que el propio fiscal se convirtiera en el acusado. Cuando Liushkov fue llamado a Moscú en mayo de 1938, se dio cuenta de que allí no le esperaba nada más que el juicio y la ejecución. Fue entonces cuando el comisario decidió huir.

De Guénrij Liushkov, los japoneses recibieron una información detallada única sobre el número y el despliegue de las tropas soviéticas en el Extremo Oriente, la ubicación y el estado de las fortificaciones, los códigos militares, los métodos de trabajo del NKVD, la oposición en la región y las fuerzas armadas, etc. De acuerdo con estos datos, el Estado Mayor del Ejército Imperial de Japón ajustó su estrategia para la futura guerra con la URSS.

Liushkov no estaba destinado a sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial. Los japoneses no querían que el antiguo comisario, que había aprendido mucho sobre la inteligencia japonesa, cayera en manos de la URSS. El 19 de agosto de 1945 fue liquidado.

Andréi Vlasov

Antes de convertirse en el traidor número uno de la Unión Soviética, Andréi Vlasov era considerado un talentoso y prometedor comandante militar. En 1939, fue el principal asesor militar en China, y Chiang Kai-shek incluso le concedió la Orden del Dragón de Oro.

En medio de los primeros meses desastrosos de la guerra contra Alemania, Vlasov actuó con audacia y eficacia. El 20º Ejército bajo su mando desempeñó un papel importante en la derrota de los alemanes cerca de Moscú en diciembre de 1941.

En 1942, el teniente general Andréi Vlasov fue puesto al mando del 2º Ejército de Choque, que en el verano de ese año fue cercado cerca de Leningrado. El propio comandante fue hecho prisionero y enviado a un campo. Allí decidió cooperar con los alemanes.

Para los nazis, Vlasov demostró ser un activo valioso. El ilustre general soviético que desertó a Hitler desempeñó un importante papel en la guerra de propaganda. Todo su tiempo posterior lo dedicó a la agitación entre los prisioneros de guerra del Ejército Rojo, atrayéndolos a su lado en aras de la lucha por "construir una Nueva Rusia sin los bolcheviques".

La tarea principal del traidor número uno era unir todas las unidades creadas de colaboradores rusos en un solo Ejército de Liberación Ruso, a la cabeza del cual se veía a sí mismo. Sin embargo, los dirigentes del Tercer Reich desconfiaban desde hacía tiempo de la idea de crear un gran ejército unificado de prisioneros de guerra soviéticos y paralizaron el proceso. Vlasov no tuvo las manos libres hasta finales de 1944, cuando el destino de los nazis estaba prácticamente sellado. Al final, el Ejército de Liberación nunca llegó a ser una fuerza militar significativa.

El general fue capturado por los soviéticos el 12 de mayo de 1945 en Checoslovaquia mientras intentaba abrirse paso hacia el oeste en dirección a las tropas estadounidenses. Junto con un grupo de sus seguidores, fue acusado de alta traición y ahorcado en Moscú el 1 de agosto de 1946.

Oleg Penkovski

En 1960, el coronel Oleg Penkovski, de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas soviéticas, pidió a un grupo de turistas estadounidenses en Moscú que entregara una carta a la Embajada de EE UU. En él, ofrecía sus servicios a la CIA para recoger información clasificada para la misma.

Al año siguiente, durante un viaje de negocios a Londres, el servicio secreto británico MI-6 proporcionó a Penkovski todo el equipo de espionaje que necesitaba, incluida una cámara de mano y radios especiales. El coronel recibió el alias operativo "Héroe".

Oleg Penkovski, uno de los agentes más eficaces de Occidente en la URSS, entregó a los servicios secretos de EE UU y el Reino Unido 11 cintas con 7.650 páginas de documentos con información secreta sobre las fuerzas armadas soviéticas. Gracias a su consejo, unos 600 espías soviéticos fueron neutralizados.

En 1962, Penkovski fue descubierto y detenido por el KGB. El 16 de mayo del año siguiente fue fusilado por traición a la patria.

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