1. Nadezhda Krúpskaia: la primera primera dama soviética
Aparte del hecho de que era la esposa del líder de la revolución Vladímir Lenin, sería injusto llamarla sólo primera dama. Incluso si alguien se dirijiese a ella llamándola “señora” habría ofendido a Krúpskaia. Era ante todo una comunista, una camarada de la lucha revolucionaria. Pero lo más importante de su biografía es su contribución a la creación del sistema educativo soviético. Krúpskaia ocupó importantes cargos en el Comisariado del Pueblo (Ministerio) de Educación y desarrolló todo el sistema de trabajo con los niños, desde la educación preescolar, la organización de jardines de infancia y de parques infantiles hasta la educación de la juventud comunista. Fue ella quien estuvo en los orígenes del movimiento de Pioneros soviéticos, una organización scout en la forma y comunista en el contenido, así como del Komsomol, un sindicato juvenil comunista.
2. Inessa Armand: la primera feminista soviética
Otra revolucionaria y admiradora de Lenin y sus ideas, se unió pronto al Partido y, tras la revolución, comenzó a promover activamente la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres. Se convirtió en la primera jefa de la sección femenina del Partido. También organizó la primera Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas. Por supuesto, Armand es más interesante por su vida personal, que, sin embargo, estaba inextricablemente ligada a su vida política: se supone que era la amante de Lenin. Al mismo tiempo, en un triángulo con Krúpskaia, los tres mantuvieron un respeto mutuo y una cálida relación. Cuando Armand murió repentinamente, a Krúpskaia le preocupó mucho que su marido no pudiera soportar su dolor.
3. Alexandra Kolontái - la primera mujer ministra y embajadora
La revolucionaria Kolontái fue la primera mujer ministra no sólo en la historia de la URSS sino también en la del todo el mundo. En el primer gobierno soviético, dirigió el Comisariado del Pueblo para el Bienestar del Estado, es decir, fue responsable de los proyectos sociales del nuevo Estado. Alexandra recibió una excelente educación en la Universidad de Zúrich y era muy apreciada por sus camaradas de Partido: incluso antes de la revolución, realizó recados personales para Lenin en Europa, haciendo campaña y estableciendo contactos con grupos de izquierda. Además de participar activamente en el gobierno soviético, Kolontái fue durante muchos años jefe del Departamento de la Mujer (después de Inessa Armand). A partir de 1922 fue también trabajadora diplomática en Noruega y de 1930 a 1945 fue jefa de la embajada soviética en Suecia (fue una de las primeras mujeres embajadoras del mundo). Hizo mucho por mejorar las relaciones entre ambos países y evitó que Suecia se uniera a la guerra entre soviéticos y finlandeses en 1939.
4. Lina Stern - primera mujer académica
Stern nació en el seno de una familia judía en el Imperio ruso, en la actual Lituania. Se licenció en la Universidad de Ginebra y se convirtió en su primera mujer profesora. En 1925, Stern regresó a la Rusia soviética. Su actividad científica se centró en la bioquímica y la fisiología, y en 1939 se convirtió en la primera mujer miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, donde dirigió el Instituto de Fisiología. Stern desarrolló un método para tratar el shock postraumático, que consistía en inyecciones de sales de potasio para mantener la presión sanguínea, la actividad muscular y la respiración. El “método de Stern” fue ampliamente utilizado durante la guerra.
5. Vera Mújina: la primera escultora muralista
Mújina no sólo fue la primera, sino también la única escultora-monumentalista de la URSS. En el marco del plan de propaganda monumental de Lenin, creó varios monumentos con temas revolucionarios. Pero su obra más famosa fue la escultura de Obrero y koljosiana, de 24 metros de altura, uno de los futuros símbolos de la URSS. Las figuras orientadas hacia arriba simbolizaban el brillante futuro del país. El monumento se presentó en 1937 en la Exposición Universal de París y sorprendió al público. Por cierto, a Vera Mújina también se le atribuye el diseño del legendario vidrio tallado soviético.
6. Ekaterina Fúrtseva: la primera mujer al frente de Moscú y la primera ministra de Cultura de la URSS
Para el mundo de la cultura soviética de la época del deshielo, Fúrtseva era una figura legendaria. Comenzó su carrera en la gran política como primera secretaria del Comité de la Ciudad de Moscú del Partido Comunista, lo que significaba que era esencialmente la jefa de la célula del Partido en Moscú (y, en realidad, la principal persona en la ciudad). Bajo su control, se erigió un monumento a Yuri Dolgoruki, el fundador de Moscú, frente al ayuntamiento, y se construyeron el famoso estadio Luzhnikí y la tienda Detski Mir en Lubianka, hoy teatros y librerías emblemáticos. También inició varios concursos internacionales de alto nivel, como el Festival Internacional de Cine de Moscú, que atrajo a estrellas de Hollywood y del cine mundial.
En 1960 Fúrtseva fue nombrada ministra de Cultura de la URSS, cargo que ocupó hasta 1974. Su carrera política tuvo sus momentos negativos, como la persecución de Borís Pasternak en 1958. Sin embargo, gracias a Fúrtseva, la vida cultural bullía en la URSS: se llevaron a cabo muchos proyectos increíbles, como la exposición de arte trofeo de la Galería de Dresde, la exposición de Marc Chagall y Fernand Léger, e incluso la Mona Lisa de Leonardo da Vinci se expuso en Moscú (y no volvió hasta ahora).
7. Valentina Tereshkova: la primera mujer en el espacio
Una historia de éxito así sólo era posible en la URSS. La hija de un operario de tractor y una costurera se convirtió en una heroína nacional: la primera mujer que viajó sola al espacio el 16 de junio de 1963. Fue ella, miembro de un club de vuelo regional, quien fue seleccionada para la honorable misión. Después de su vuelo trascendental, Tereshkova se convirtió en una leyenda y en un símbolo de la igualdad femenina en la URSS. Continuó su carrera como figura pública y sigue siendo miembro de la Duma Estatal. Lee más sobre el vuelo y el destino de Tereshkova aquí.
8. Olga Preobrazhénskaia: la primera mujer directora
Preobrazhénskaia comenzó a actuar en películas, cuando el cine ruso solo estaba naciendo, antes de la revolución. Y en 1916 por primera vez actuó como directora, y aunque la película fue elogiada, según los recuerdos Preobrazhénskaia, trataron con escepticismo a una mujer directora e incluso escribieron en los carteles su apellido con una terminación masculina: Preobrazhenski, en vez de Preobrazhénskaia. En la época soviética, estos problemas de género ya no existían. Preobrazhénskaia, que ya era una maestra consagrada, se convirtió en la primera mujer en enseñar la dirección cinematográfica en la Primera Escuela Estatal de Cine (ahora VGIK) y también creó su propio estudio de interpretación. Preobrazhénskaia hizo muchas películas junto con Iván Právov - a principios de los años 30, se les consideraba los directores más exitosos de Mosfilm. Su película El Don apacible se proyectó incluso en el primer Festival Internacional de Cine de Venecia en 1932.
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