Las primeras cabinas telefónicas no aparecieron en la Unión Soviética, sino durante la época del Imperio ruso. El ingeniero e inventor Alexánder Popóv (inventor de la radio) estuvo mucho tiempo presionando para que se introdujeran, pero la Duma de Moscú lo rechazó en dos ocasiones. Hasta que en 1909 aparecieron en la ciudad 26 teléfonos públicos de la empresa americana Bell.
Se instalaron cabinas telefónicas especiales, que estaban mejor insonorizadas y eran más cómodas. Su evolución fue paralela a la de los propios teléfonos públicos. Al principio eran enormes cajas de madera, que más tarde se fueron adaptando al entorno urbano y empezaron a ser de cristal y metal.
En 1916 las instrucciones de uso decían: "Para llamar a la centralita basta con descolgar el auricular de su palanca. La operadora de la central debe responder dando su número. A continuación, la persona que llama dice clara y distintamente el número con el que desea conectar".
La Revolución de 1917 causó un enorme daño a la red telefónica. Lo que quedaba de ella fue nacionalizado. Un año después, Lenin firmó una resolución por la que se ordenaba la instalación de un "número adecuado" de teléfonos públicos en la ciudad en un breve espacio de tiempo. Pero el plan fracasó: en 1921 sólo había diez en Moscú.
No fue hasta principios de la década de 1930, cuando toda la red telefónica se modernizó a gran escala, que los teléfonos públicos pasaron a ser totalmente automáticos. Los bolcheviques comprendieron que el teléfono público encajaba perfectamente con la idea de una sociedad industrial y progresista. Sin embargo, ya entonces había una gran escasez de ellos. Era habitual que solo hubiera un teléfono público por distrito.
Sin embargo, su introducción fue ganando adeptos. En 1938 apareció el teléfono público soviético de tipo "V", que también podía recibir llamadas entrantes, ya que cada teléfono tenía su propio número.
En los años 60 había unos 6.000 teléfonos públicos sólo en Moscú, y en aquella época no había restricciones en la duración de las llamadas. Por dos kopeks (durante mucho tiempo ese fue el precio de una llamada) la gente podía hablar todo el tiempo que quisiera. La actividad en torno a las cabinas telefónicas era frenética: se formaban colas para acceder a ellas, la gente hacía amistades casuales junto a ellas, se refugiaba en ellas de la lluvia o disfrutaba de una bebida con los amigos, los niños jugaban en ellas, etc.
La normativa cambió en los años 80, cuando se limitaron las llamadas a un número determinado de minutos. Después, había que echar otra moneda.
No todos estaban de acuerdo con la nueva política de precios y se resistían a ella. Había multitud de formas de "engañar" al mecanismo -desde monedas colgadas en un hilo hasta nada más sofisticado que golpear el monedero- y así seguir haciendo llamadas ilimitadas.
El mayor número de teléfonos públicos en Moscú fue en 1991: casi 34.000. Este fue el pico absoluto, después de lo cual su número no hizo más que disminuir.
En la segunda mitad de los años 90, cuando los teléfonos públicos empezaron a aceptar tarjetas (las tarjetas limitaban la duración de las llamadas), floreció en las ciudades un tipo particular de estafa delictiva en torno a los teléfonos públicos que funcionaban con tarjetas. Los ladrones manipulaban las ranuras de las tarjetas para que se las "tragaran", y luego las sacaban y las vendían.
Con el desarrollo de la comunicación móvil e Internet, la gente empezó a olvidarse de los teléfonos públicos, que se convirtieron en una especie de monumento a una época pasada. Pero, para sorpresa de muchos, siguieron funcionando a pesar de la escasa demanda. Y en 2019, incluso llegaron a ser gratuitos. Podías hacer llamadas desde un teléfono público a números operados por proveedores rusos simplemente marcando el número de teléfono requerido.
Rostelecom (el proveedor de servicios) señaló que la demanda de teléfonos públicos había vuelto a aumentar durante la pandemia de coronavirus. "Esto parece estar relacionado con el impacto de las restricciones y la mayor preocupación de la gente por la salud de sus familiares y amigos", dijo el servicio de prensa de la compañía.
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