No tan neutral
Durante la Segunda Guerra Mundial, Suecia no pudo mantenerse al margen del conflicto militar, como había esperado. Bajo la presión del Tercer Reich, tuvo que aceptar el tránsito de tropas alemanas por su territorio.
Además, Estocolmo se desvió de su política de neutralidad no sólo bajo presión, sino también de forma bastante voluntaria. Durante la guerra entre la Unión Soviética y Finlandia, Suecia se declaró un Estado “no beligerante”. Sin embargo, sin intervenir directamente en el conflicto, suministró activamente a Finlandia armas, municiones y voluntarios.
Además, los suecos acabaron participando también en las hostilidades. De vez en cuando, los submarinos de los bandos en guerra atacaban y hundían por error barcos mercantes suecos, mientras que aviones que se habían perdido lanzaban ataques aéreos sobre territorio sueco.
Según los cálculos de Suecia, durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania la bombardeó 10 veces, Gran Bretaña, 12, mientras que la URSS fue responsable de siete incidentes. Moscú, sin embargo, admitió su participación en sólo uno de ellos.
El primer ataque aéreo
El 14 de enero de 1940, la aviación soviética atacó por primera vez el territorio sueco. Tras sobrevolar el norte de Finlandia y el Golfo de Botnia, tres bombarderos DB-3 llegaron al gran puerto sueco de Lulea.
En medio de una fuerte nevada y con poca visibilidad, se dirigieron a la isla de Kallaxon, al sur de Lulea, donde lanzaron una docena de bombas. Afortunadamente, no hubo víctimas; sólo algunos edificios residenciales resultaron dañados.
En el camino de vuelta, los depósitos de combustible vacíos obligaron a los bombarderos soviéticos a aterrizar en Finlandia, donde fueron capturados por las tropas finlandesas.
El príncipe heredero del trono sueco, Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten, que se encontraba en el norte de Suecia en ese momento, llegó inmediatamente al lugar de los hechos, acompañado de personal militar de alto rango. Enseguida comenzaron las especulaciones sobre los posibles motivos del bombardeo soviético.
Según la teoría generalmente aceptada, los aviones soviéticos se dirigían a la ciudad finlandesa de Kemi, pero se perdieron. Sin embargo, también existió otra teoría según la cual los DB-3 tenían la misión de bombardear un aeródromo militar que se estaba construyendo en Kallaxon. Quizá la URSS quería así obligar a los suecos a renunciar a su apoyo a Finlandia. Moscú, sin embargo, no reconoció la participación de su Fuerza Aérea en este incidente.
Incursión en Pajala
Al mediodía del 21 de febrero de 1940, siete bombarderos soviéticos aparecieron en el cielo sobre el pueblo sueco de Pajala, a 10 km de la frontera con Finlandia, y llovieron bombas sobre él.
Pajala recibió más de 130 bombas, incluidas las incendiarias, que dañaron gravemente una iglesia local y quemaron un aserradero y parte de una zona residencial.
Una de las bombas impactó en el gimnasio de una escuela local, donde en ese momento había unidades del Regimiento de Dragones de Norrland. Lo único que salvó la vida de aquellois soldados suecos fue que la bomba no explotó.
Milagrosamente, nadie murió en el ataque aéreo, pero dos residentes locales resultaron heridos. El reducido número de víctimas se debió a que la mayoría de las bombas cayeron en las afueras de Pajala. Además, muchos residentes habían sido advertidos por sus amigos y parientes del pueblo vecino de Kengis, en la misma frontera con Finlandia, que fueron los primeros en divisar los aviones soviéticos.
Suecia protestó ante los dirigentes soviéticos, pero Moscú rechazó la acusación de haber atacado Pajala. No fue hasta el 6 de marzo cuando, tras investigar la situación, la URSS admitió que había bombardeado territorio sueco, citando como motivo un error de navegación de las tripulaciones.
Ya después de la Guerra de Invierno, una delegación soviética visitó el pueblo para evaluar los daños causados. Al final, la URSS pagó a Suecia 40.000 coronas en concepto de indemnización.
Ataque aéreo a la capital
El 22 de febrero de 1944, los habitantes de Estocolmo se encontraron de repente en el epicentro de una auténtica guerra. Su ciudad estaba siendo bombardeada por la aviación soviética.
Las fuerzas de defensa aérea suecas no habían detectado que cuatro bombarderos extranjeros llegaban a la capital. Sólo un puesto informó de que se acercaban aviones no identificados, pero mientras intentaba aclarar la situación, ya fue demasiado tarde.
Por primera vez en la historia, Estocolmo fue bombardeada. Una bomba de 100 kg destruyó un teatro recién inaugurado, dejando un cráter de tres metros de profundidad y cinco de ancho. Además de la capital sueca, la ciudad vecina de Strängnäs también fue alcanzada.
Como en el caso de otros ataques aéreos soviéticos sobre poblaciones suecas, milagrosamente no murió nadie. Pero dos soldados resultaron heridos.
Los suecos llegaron a la conclusión de que los aviones soviéticos habían atacado Estocolmo por error. En aquel momento, la URSS estaba bombardeando activamente el sur y el suroeste de Finlandia, y sus aviones bien podrían haberse perdido en una oscura noche de invierno. Sin embargo, en respuesta a la demanda sueca de aclarar la situación, Moscú se negó a reconocer la participación de sus aviones en el bombardeo de la ciudad, aunque este hubiese sido involuntario.
Existe la teoría de que el ataque a Estocolmo no fue en absoluto un error de navegación, sino una operación deliberada de la Unión Soviética. El motivo habría tenido que ver con un agente de inteligencia soviético, Vasili Sidorenko.
Sidorenko fue detenido en Suecia en 1942 por espionaje y condenado a 12 años de prisión. Los dirigentes soviéticos contactaron repetidamente a Suecia exigiendo su liberación inmediata, pero todos los llamamientos fueron rechazados invariablemente. Cuando se agotaron los métodos diplomáticos, la URSS debió decidir recurrir a la fuerza.
Sea o no una coincidencia, sólo tres días después del bombardeo de Estocolmo, Sidorenko fue liberado por motivos médicos y pronto abandonó el país escandinavo.
LEE MÁS: El día en que aviones de EE UU atacaron la Unión Soviética