Una de las principales fuerzas que ayudaron a los bolcheviques a ganar el poder en Rusia fue su propaganda. Las obras de Vladímir Lenin fueron el núcleo de la misma. Seguidor de la filosofía de Karl Marx, Lenin tenía ciertos planes para el desarrollo de Rusia después de la Revolución.
Karl Marx, 1875
Dominio públicoEn su obra fundamental El Capital, Karl Marx elaboró la teoría de las formaciones socioeconómicas. Estas formaciones eran tipos de sociedad, distinguidos por el tipo de propiedad, que, según Marx, se sucedían cumpliendo las leyes de la evolución social e histórica (tal como las veía él mismo).
A la sociedad prehistórica le siguió la economía esclavista, luego la sociedad feudal, que evolucionó hacia la sociedad capitalista. La sociedad capitalista forma clases: la burguesía y el proletariado. Mientras la burguesía posee los medios de producción y recauda los ingresos, el proletariado es oprimido. ¿Qué es lo que sigue?
Vladímir Lenin en Zakopane, Polonia, 1914
Dominio públicoLas teorías de Karl Marx fueron creadas a mediados del siglo XIX, mientras que Vladímir Lenin las desarrolló a principios del siglo XX y con un objetivo práctico: tomar el poder en Rusia. En sus obras Lenin proponía decisiones inmediatas y violentas para acelerar la revolución proletaria.
Tras el fracaso de la Revolución de 1848 en Francia (finalmente, la monarquía fue restaurada), Karl Marx apoyó la idea de que solo la cooperación y la acción legal del proletariado pueden conducir a la formación de un gobierno verdaderamente democrático. En el prólogo de la reedición de 1895 de Las luchas de clases en Francia, 1848 a 1850 de Karl Marx, Friedrich Engels escribió: “El tiempo de las revoluciones, llevadas a cabo por la toma repentina del poder por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado”.
Vladímir Lenin en Moscú
Vladímir Lenin, por el contrario, pensaba que la revolución proletaria debía destruir la sociedad capitalista, y la revolución debía ser llevada a cabo por un pequeño grupo de personas. En esta línea de pensamiento seguía a los narodniks rusos, y en particular a Piotr Tkachev, que escribió: “El pueblo, abandonado a sí mismo, es incapaz de llevar a cabo una revolución social. Solo nosotros, la minoría revolucionaria, podemos hacerlo, y debemos hacerlo cuanto antes”.
“¡Dadnos una organización de revolucionarios y pondremos Rusia patas arriba!”, escribió Lenin en 1902 en su panfleto ¿Qué hacer?. Y en 1903, durante el II Congreso del Partido Laborista Socialdemócrata Ruso en Bruselas habló del establecimiento de la dictadura del proletariado -el estado de cosas cuando el proletariado, la clase obrera, tiene el poder político. En opinión de Lenin, el Partido Comunista era el único que podía imponer la dictadura del proletariado.
Marx partía de la base de que la revolución socialista solo podía triunfar en los países con una industria muy desarrollada, en los que había masas obreras organizadas y conscientes, capaces de cooperar y negociar con las autoridades. Lenin propagó obstinadamente que el proletariado debía luchar por el poder en todos los países. En abril de 1917, durante la agitación de la Revolución en Rusia, Lenin regresó a Petrogrado desde Europa y publicó las Tesis de Abril, las directrices para el Partido Bolchevique sobre sus acciones inmediatas en Rusia.
Vladimír Lenin durante un mitin público
Getty ImagesEn las Tesis, Lenin afirmó que “Rusia está pasando a la segunda etapa de la revolución, que debe poner el poder en manos del proletariado y de los sectores más pobres de los campesinos”. También pidió “una república de soviets de diputados obreros, agrícolas y campesinos en todo el país, de arriba abajo”. Tras la toma del poder, Lenin exigió la liquidación total del ejército, la policía y los funcionarios.
Incluso el Partido Bolchevique, escribió Lev Trotsky, “fue sorprendido por Lenin... no hubo debate, todo el mundo quedó atónito” por el radicalismo de las exigencias de Lenin. El cese inmediato de la guerra, la entrega de la tierra a los campesinos y la nacionalización de las industrias más importantes también figuraban en el programa de Lenin.
Como sabemos, tras la Revolución Bolchevique, que tuvo lugar el 25 de octubre (7 de noviembre en nuestro calendario) de 1917, los bolcheviques liquidaron el antiguo aparato estatal, nacionalizaron la tierra, las fábricas, las minas, los ferrocarriles y otros medios de producción. El nuevo gobierno debía basarse en el poder de los soviets, consejos obreros que representaban la voluntad del pueblo. El órgano supremo de gobierno era el Congreso de los Soviets de toda Rusia.
Pero en el estado de cosas que prevalecía en ese momento, todo el poder lo acaparaba naturalmente el Comité Ejecutivo Central de toda Rusia - de hecho, el pequeño consejo de los miembros más altos del Partido Bolchevique que, según la Constitución de la Rusia Soviética de 1918, trabajaba sin ningún control de otros órganos. El Consejo de Comisarios del Pueblo, el nuevo gobierno, estaba de hecho sometido a las decisiones del Comité Ejecutivo Central que podía anular cualquier decisión tomada por el Consejo de Comisarios del Pueblo.
Tras obtener el poder en Rusia, Vladímir Lenin y sus colaboradores bolcheviques más cercanos construyeron rápidamente una estructura autoritaria de gobierno para ayudar a combatir el movimiento monárquico, la intervención y para controlar la economía que se desmoronaba.
Lenin fue muy coherente en su ideología y en su acción: creó una dictadura del proletariado, pero se hizo un hueco -y, posteriormente, a Stalin- como dictador en este esquema.
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