El bombardero nocturno ligero soviético “U-2” (rebautizado como “Polikarpov Po-2” en 1944) no era rival para los aviones de combate enemigos, y estaba muy por detrás de todos los bombarderos alemanes. Sin embargo, el avión todavía se consideraba toda una leyenda en la URSS, y solía aparecer glorificado en películas y canciones. ¿Pero por qué?
Al comienzo de la invasión alemana de la Unión Soviética, el biplano Po-2 ya era considerado un “anciano”. Diseñado en 1927, había sido utilizado activamente como “pupitre de vuelo” por los pilotos soviéticos, siendo los primeros aviones que volaban los novatos (la “U” de su nombre ruso significa “uchebni”, es decir, “entrenamiento”). Perdonaba los errores de los principiantes, incluso los graves y casi nunca entraba en barrena.
Este biplano también operó como avión agrícola para fumigar cultivos. Incluso después de haber demostrado durante la guerra que era una máquina de guerra más que efectiva, siguió siendo cariñosamente apodado por los soldados como “cosechador de maíz”.
El indefenso Po-2 tenía una velocidad más que modesta de 153 kilómetros por hora y sólo podía volar a distancias de hasta 402 kilómetros. Sin embargo, las aparentes taras del avión fueron finalmente utilizadas por los soviéticos como ventajas.
A diferencia de los aviones con gran velocidad, este biplano podía aterrizar y despegar en los más pequeños aeródromos no preparados, e incluso en el campo de batalla. “Aterrizamos nuestros Po-2 cerca del cuartel general de las brigadas de tanques, que estaban justo en medio de la batalla. Manteniéndonos agachados, pasamos por delante de las explosiones de las bombas hasta los puestos de mando, entregamos paquetes secretos y volvimos a despegar en pleno ‘mar de fuego’, recuerda Jakob Sheinkman, subteniente del 994º Regimiento de Aviación. Esta habilidad hizo que el Po-2 se volviera indispensable para establecer contacto con las unidades de partisanos.
El Po-2 podía utilizarse como avión correo para transporte, para reconocimiento o incluso para atacar aviones enemigos. Sin embargo, su época más gloriosa la vivió como bombardero nocturno ligero. Su lenta velocidad le permitía volar a muy baja altitud, evitando eficazmente árboles, edificios, y haciéndole capaz de acertar con precisión contra objetivos en el suelo. En la más absoluta oscuridad de la noche, el piloto de un Po-2 podía ver la luz de una lámpara o de un cigarrillo encendido y lanzar sobre ella sus bombas. Los soldados enemigos a menudo se veían obligados a pasar las gélidas noches rusas sin fuego debido a estos bombarderos soviéticos.
“Los aviones Po-2 no dejaban dormir durante la noche a los alemanes. Un largo ronroneo en los cielos, la explosión de una bomba Z, y luego un nuevo ronroneo. A veces, los rayos de los reflectores localizaban al aparato atacante, y toda la defensa alemana le disparaba, pero éste seguía volando como si estuviera embrujado...” recuerda el sargento de infantería Yuri Kozhin: “Su precisión era asombrosa. Una vez, durante una noche de luz de luna, me encontré en tierra de nadie. Un Po-2 voló y lanzó una bomba que explotó a sólo 50 metros de mí. Mi primera reacción fue: ¡Están atacando a nuestras tropas! Pero entonces me di cuenta de que las líneas del frente alemán estaban allí! Mismo”
Una de las unidades soviéticas más efectivas que lucharon a lomos del Po-2 fue el 46º Regimiento de Aviación de Bombarderos Nocturnos de la Guardia ‘Taman’, formado por mujeres aviadoras. Apodadas las “Brujas de la noche” por los alemanes, destruyeron 17 nudos de comunicaciones, 46 almacenes de municiones, 86 blocados, 9 trenes y 2 estaciones de tren. A lo largo de la guerra, el regimiento perdió 32 pilotos y 23 de estas se convirtieron en Héroes de la Unión Soviética.
El “Rey del Aire”, como también se apodó el Po-2, era muy barato de producir y fácil de reparar. Con más de 33.000 unidades construidas, se convirtió en uno de los aviones más producidos en serie del mundo en su momento. Su producción se detuvo sólo en 1954, cuando la era de los aviones a reacción ya estaba en pleno apogeo.
Un dato interesante es que el Po-2 es el único biplano de la historia que obtuvo una victoria sobre un avión a reacción. Durante la guerra de Corea, un interceptor F-94 fue víctima de este aparato soviético. Tratando de atacarlo por detrás, el avión americano se vio obligado a reducir su velocidad a menos de 160 kilómetro por hora, lo que provocó su calado y que se estrellase contra el suelo.