Estos tres tanques de la URSS fueron de los mejores de la Segunda Guerra Mundial

Alexei Dánichev/Sputnik
Invulnerables a la mayoría de las armas alemanas, estos tanques soviéticos infundieron verdadero terror al enemigo.

1. T-34-76 (Т-34-85)

“Estábamos asombrados por el T-34 con su buen blindaje, su forma ideal y su magnífico cañón de 76,2 mm de largo, y todos los tanques alemanes lo temieron hasta el final de la guerra. ¿Qué podíamos hacer contra estos monstruos, muchos de los cuales fueron lanzados contra nosotros?” escribió el as tanquista alemán Otto Carius en sus memorias Tigres en el Barro.

Estos tanques soviéticos se convirtieron en una verdadera pesadilla para los alemanes durante el primer período de su invasión a la URSS. Ni sus blindados, ni su principal cañón antitanque, el Pak 36 de 37mm, podían hacer nada contra el mejor tanque mediano de la Segunda Guerra Mundial.

El T-34 podía hacer impacto fácilmente contra los tanques enemigos a una distancia de 1’6 Km, mientras que sus oponentes tenían que llegar a una distancia suicida de 457 metros más o menos para penetrar efectivamente su blindaje inclinado de 45mm de grosor. El arma más efectiva para luchar contra los T-34 era el cañón antiaéreo de 88mm, que se repartió entre las unidades de infantería alemana con este fin.

El consumo de combustible del T-34 era hasta dos veces menor que el de su principal competidor, el Panzer IV. Podía recorrer hasta 305 kilómetros con el tanque lleno, comparado con los 201 del tanque alemán.

Rápido, bien protegido y bien armado, el T-34 tenía sin embargo algunas deficiencias. Su mayor problema era el pequeño tamaño de su torreta, capaz de albergar sólo dos tripulantes: un comandante y un operador que cargase el cañón. Por esto, el comandante tenía que actuar como artillero (y a veces incluso como jefe de pelotón de tanques), lo que disminuía la eficacia del blindado en el campo de batalla.

En la primavera de 1942, la Wehrmacht comenzó a recibir cañones antitanque Pak 40 de 75 mm, también montados en Panzer IV como Kwk 40, muy efectivos contra los tanques soviéticos. Las cosas empeoraron para el T-34-76, cuando los Tiger y Panther entraron en escena en 1942-1943.

Los soviéticos no se quedaron de brazos cruzados. En 1944, apareció una versión del T-34 equipada con un cañón de 85 mm. También tenía una torreta ampliada que permitía transportar a una tercera persona: el artillero.

El T-34-85 tenía muchas más posibilidades contra los tanques pesados alemanes que su predecesor. Los tanques soviéticos más rápidos y maniobrables cazaron en manadas a los más fuertes, pero torpes, tanques Tiger.

2. KV-1

Los alemanes llamaron a este tanque pesado soviético “monstruo ruso” o "fantasma". En el verano de 1941, el KV-1 causó el mismo terror entre los soldados de la Wehrmacht, que el famoso T-34. No tan rápido como este último (33’7 km/h frente a 53 km/h), el KV estaba mejor protegido (75mm y 45mm de blindaje, repectivamente).

Mientras que los tanques y la artillería antitanque alemanes resultaron inútiles contra estos tanques pesados soviéticos, los cañones antiaéreos de 88m demostraron que podían lidiar mejor con el “monstruo” Otra arma efectiva contra ellos eran los bombarderos en picado Ju-87, solicitados a menudo en caso de que los tanques KV aparecieran en el horizonte.

En junio de 1941, cerca de la ciudad lituana de Raseiniai, el KV-1 demostró que era realmente una “fortaleza indestructible”, como lo llamaban algunos soldados alemanes. Uno de los ejemplares de este tanque soviético se paró en medio de una carretera en la retaguardia enemiga, bloqueando el tráfico a toda una división de la Wehrmacht.

“Era imposible rodear el tanque, ya que había pantanos por todas partes. No podíamos conseguir municiones o evacuar a nuestros heridos. Que agonizaban frente a nosotros”, informaron los alemanes. Sin perder el tiempo, el KV-1 destruyó 12 camiones de suministro.

Todos los intentos de acabar con el tanque soviético con cañones antitanque de 50 mm e incluso con obuses más potentes de 105 mm fracasaron. Los cañones anti-tanque, con sus servidores resultaron destruidos por los disparos del blindado ruso.

Finalmente el heroico KV fue alcanzado por un proyectil de 88mm. Cinco miembros de la tripulación y un soldado no identificado, encontrados muertos dentro del tanque, fueron enterrados, con honores militares, por los alemanes.

Sin embargo, el KV-1 estaba lejos de ser el tanque ideal. Su mayor problema era su falta de fiabilidad técnica. A menudo estos tanques se averiaban antes de llegar al frente y eran abandonados por sus tripulaciones. Esto también pudo suceder en el caso del KV de Raseiniai. Sin embargo, su tripulación decidió quedarse y luchar en lugar de abandonar su tanque.

Con la aparición de los Tiger, los KV, con sus armas de 76 mm, se volvieron obsoletos. Dieron paso a la nueva generación de tanques pesados Iósif Stalin, o simplemente IS.

3. IS-2

A diferencia de los T-34, los tanques pesados IS-2 no necesitaban unirse en manadas para luchar contra los tanques alemanes Tiger y Panther. Protegidos con un blindaje de 100 mm y armados con cañones de 122 mm, lucharon contra las bestias felinas germanas en igualdad de condiciones.

Aunque el cañón D25-T del IS-2 era más potente que el KwK43 de 88 mm de los Tiger, se necesitaban más de 20 segundos para recargarlo. Los tanques pesados alemanes, en cambio, necesitaban sólo 10 segundos y tenían, por lo tanto, más tiempo para realizar un fuego preciso. Por otra parte, los tanques soviéticos tenían una ventaja en mayores distancias de disparo largas.

“El tanque Iósif Stalin que nos encontramos en 1944 era al menos igual al Tiger. Era significativamente mejor en términos de forma (como el T-34)", escribió el as tanquista alemán Otto Carius en sus memorias Tigres en el Barro. En última instancia, el resultado de los duelos entre IS y Tiger a menudo dependía de la habilidad y el entrenamiento de las tripulaciones.

Sin embargo, luchar contra los Tiger no era la tarea principal del IS-2. En primer lugar, este tanque “de penetración” se utilizó para el asalto a ciudades europeas, convertidas por los nazis en fortalezas virtualmente inexpugnables.

Los IS-2 avanzaron rápidamente por las estrechas calles de las ciudades polacas, húngaras y alemanas, como excavadoras que destruían fortificaciones enemigas,  barricadas y blocados el camino. Al llegar a la plaza central de estas, los grupos de asalto soviéticos de ametralladores, francotiradores y lanzallamas saltaban de los tanques y tomaban posiciones defensivas.

De esta misma manera, los tanques soviéticos más poderosos de aquellos tiempos asaltaron Berlín. Fueron los primeros del Ejército Rojo en abrir fuego contra el Reichstag.

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