Violencia de género usando un avión: rusos locos que se estrellaron contra el piso de sus mujeres

alliesinteractive/freepik.com, Alain Durand, topwar.ru
Contamos la historia de dos ataques suicidas provocados por dos personas desequilibradas mentalmente. Ambos ocurrieron durante la época soviética.

El An-2 soviético es uno de los aviones ligeros más populares del mundo. Un pequeño biplano con tren de aterrizaje no retráctil, apodado Kukurúznik (derivado de kukuruza, que significa maíz en ruso), y está incluido en el Libro Guinness de los Récords como el único avión en el mundo que ha estado en producción durante más de 60 años (desde 1947). Además de en la URSS, se ha fabricado en China y Polonia, y hay más de una docena de países que lo tienen.

El An-2 es fácil de volar y es popular por su versatilidad. Ha participado en acciones militares (Guerra de Corea de 1950-1953 y la guerra civil de Libia de 2011), y también ha sido utilizado con fines totalmente pacíficos: es útil para fumigar los campos con productos químicos y transportar carga y pasajeros, incluso a destinos remotos donde un avión más grande no habría podido aterrizar.

Al mismo tiempo, como demuestran dos trágicos incidentes ocurridos en Voroshilovgrad (ahora Lugansk) en 1972 y en Novosibirsk en 1976, el An-2 fue utilizado dos veces como arma: pilotos mentalmente inestables los estrellaron contra edificios residenciales. Y si en el primer incidente tan solo murió el piloto suicida, en el segundo cuatro personas perdieron la vida, además del piloto.

Primer caso: Voroshilovgrad

En la mañana del 27 de marzo de 1972, el capitán de la aeronave, Timoféi Shovkunov, debía hacer su ruta habitual desde Voroshilovgrad hasta la ciudad vecina de Svátovo. Al enterarse de que el vuelo se había cancelado debido a las condiciones meteorológicas, dijo a sus colegas que iría a desayunar. En lugar de ello, tomó las llaves de un avión An-2, recibió el visto bueno de un miembro de la tripulación de tierra y, después de hacer funcionar los motores, despegó. Iba sin copiloto y sin avisar al control de tráfico aéreo.

El control del tráfico aéreo y los servicios aeroportuarios todavía estaban intentando averiguar adónde había ido Shovkunov cuando llegó la noticia desde Voroshilovgrad: un edificio había sido embestido por un aeroplano. Shovkunov murió estrellando el An-2 contra su propio piso en el segundo piso. “A todas luces, quería saldar cuentas no solo con la vida, sino también con el edificio en el que había sido infeliz”, escribió el periódico KP Ukraína.

Shovkunov sabía que no había nadie en el piso. El día anterior se había peleado con su esposa y ella se había ido, llevándose consigo a su hijo. La pareja discutía a menudo y el estado mental del piloto dejaba mucho que desear. “El suceso estuvo relacionado con el suicidio del piloto, resultado de una reacción psicopática a los problemas familiares”, lo resume lacónicamente el archivo “Accidentes de aviación, incidentes y desastres aéreos en la URSS y Rusia”.

Más tarde, la esposa de Shovkunov dijo que la había amenazado repetidamente con utilizar un avión para suicidarse. Por otro lado, el piloto había ocultado hábilmente sus problemas mentales a sus colegas, hasta que fue demasiado tarde.

Segundo caso: Novosibirsk

Vladímir Serkov, piloto de Novosibirsk, sufrió ataques epilépticos desde 1971. Después cayó de un autobús y se lastimó la cabeza, pero ocultó sus constantes dolores de cabeza a los médicos porque tenía miedo de perder su trabajo. Y, al igual que Timoféi Shovkunov, tenía problemas familiares.

El piloto se comportaba cada vez más irracionalmente y perdía los nervios todo el tiempo. Era habitual que descargara su ira sobre su esposa Tatiana. Tuvo varios intentos de suicidio y al final la pareja solicitó el divorcio. La mujer se mudó con su hijo a casa de sus padres. El 25 de septiembre de 1976, Serkov vio a su esposa con un conocido fuera del edificio donde vivían los padres de Tatiana y, loco de celos, la golpeó. Esa noche decidió matarla, no solo a ella y a sí mismo, sino también a sus suegros y a su hijo.

Fue al aeródromo y despegó el avión de otra persona usando un falso permiso de vuelo. Unos minutos más tarde, respondiendo a las preguntas nerviosas del controlador de tránsito aéreo, respondió secamente hacia dónde se dirigía: “Búscame en el número 43/1 de la calle Stepnáia. Adiós”. Era la casa de los padres de Tatiana. Serkov golpeó la pared del edificio, entre el segundo y el tercer piso. Murió instantáneamente en la explosión; se produjo un horrible incendio en el que murieron cuatro vecinos, entre ellos tres niños pequeños. Los parientes de Serkov no estaban en casa en ese momento.

Las autoridades no dijeron nada a la gente sobre la tragedia hasta 2001. A los residentes del “edificio en el que chocó el avión” tampoco les gusta hablar de ello.

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