Gracias a Melita Norwood, Stalin estuvo mejor informado sobre la construcción de la bomba nuclear británica que la mayoría de los miembros del Gobierno del Reino Unido.
Durante casi 35 años, la Sra. Norwood copió y transfirió a la Unión Soviética cientos de documentos secretos sobre el programa nuclear británico.
Una devota comunista
Debido a la orientación socialista de sus padres, Melita Sirnis (después del matrimonio – Norwood) fue una devota comunista desde su infancia. En la década de 1930 se unió en secreto al Partido Comunista Británico.
Al mismo tiempo, fue contratada como secretaria de la British Non-Ferrous Metals Research Association, que estaba desarrollando la tecnología nuclear británica.
Los británicos pasaron por alto a los comunistas que se encontraban entre sus filas, pero los soviéticos vieron en ellos una gran oportunidad. En 1937 Melita fue reclutada por la inteligencia soviética y comenzó a trabajar para “la causa de la Revolución Mundial”.
“Hice lo que hice no para ganar dinero, sino para ayudar a evitar la derrota de un nuevo sistema que, a un gran costo, había dado a la gente normal alimentos y precios que podían pagar, buena educación y un servicio de salud”, recordaría Melita muchos años después.
En el corazón del programa nuclear británico
Norwood tenía acceso directo a todos los detalles del programa nuclear británico, llamado “Tube Alloys”. Su jefe, G. L. Bailey, era miembro de su comité de asesores. Completamente de confianza, Melita tenía acceso a las dos cajas fuertes de Bailey: una ubicada en la oficina y la otra en su casa de Londres.
Correspondencia de alto secreto, informes científicos, análisis, etc. fueron fotografiados por Norwood y entregados a los soviéticos. Esta información les ayudó significativamente en el desarrollo de sus propias tecnologías nucleares.
Melita Norwood, conocida como “Agent Hola”, fue muy elogiada en la Unión Soviética, incluso más que el famoso Kim Philby. Fue descrita como una “agente disciplinada y devota, que hace todo lo que puede para ayudar a la inteligencia soviética”.
Jubilación y revelación de secretos
Dos veces, en 1945 y 1965, el servicio de contrainteligencia del MI5 guardó sospechas sobre la verdadera identidad de Norwood, pero en ambas ocasiones no tuvo suficientes pruebas para actuar contra ella. Así fue como, en 1972, se jubiló tranquilamente de su trabajo en Non-Ferrous Metals y, por lo tanto, del servicio secreto soviético.
La revelación de sus actividades se produjo sólo 20 años después, cuando el exoficial de la KGB Vasili Mitrojin desertó a Gran Bretaña y expuso un gran número de archivos sobre agentes soviéticos residentes en el país, entre ellos Melita Norwood.
Sin embargo, debido a su edad avanzada, la “Agent Hola” no fue arrestada ni interrogada. El Gobierno británico decidió que no se ganaría nada enviando a la “abuelita espía” a la cárcel, y la Sra. Norwood fue dejada en paz en su casa en Bexleyheath.
Hasta su muerte en 2005, Melita Norwood nunca se arrepintió de lo que había hecho. Trabajar para la Unión Soviética era una cuestión de principios para ella. Incluso rechazó una pensión secreta vitalicia de los soviéticos, pero con gusto recibió la prestigiosa Orden de la Bandera Roja.
“No quería dinero. No era eso lo que me interesaba. Quería que Rusia estuviera en pie de igualdad con Occidente”, solía decir la Sra. Norwood.