Cuando soviéticos y estadounidenses se enfrentaron en una batalla durante la Segunda Guerra Mundial

Historia
BORÍS YEGÓROV
Durante aquella contienda, saber de esta batalla habría sido música para los oídos de los nazis. Sin embargo, el extraño choque acontecido entre tropas americanas y soviéticas fue ocultado inmediatamente.

El 7 de noviembre de 1944, prometía ser un día perfecto para las tropas soviéticas que avanzaban cerca de la ciudad de Niš en el sur de Yugoslavia. El Ejército Rojo y los partisanos locales habían liberado recientemente Belgrado y continuaban su exitosa ofensiva en los Balcanes. Además, la URSS celebraba el 26º aniversario de la Revolución de 1917, y la columna se movía decorada con numerosas pancartas rojas, siendo además acompañada por una orquesta.

De repente, el estado de tranquilidad de los soldados soviéticos se transformó en ansiedad. Docenas de aviones desconocidos se descolgaron de las nubes. Algo raro, ya que no se sabía que la Luftwaffe operara en aquella región.

Los soviéticos pronto se dieron cuenta de que todo era una falsa alarma. Lo que vieron fue un grupo cazas Lockheed P-38 Lightning de sus aliados estadounidenses volando hacia la columna soviética.

Entonces sucedió algo inesperado: los aviones americanos comenzaron a disparar a las tropas soviéticas. Los soldados empezaron a correr, agitando sus manos y banderas rojas, tratando desesperadamente de hacer ver a los pilotos que habían cometido un error. Pero nada de aquello funcionó.

Los soldados no tuvieron otra opción que preparar sus cañones antiaéreos y hacer despegar sus propios cazas hacia cielo. Había comenzado una de las batallas más extrañas de la Segunda Guerra Mundial.

Batalla aérea

Episodios del conocido como “fuego amigo” ocurrieron, desgraciadamente a menudo, durante la Segunda Guerra Mundial entre tropas soviéticas y estadounidenses. El P-38 se parecía mucho al avión de reconocimiento alemán FW-189, y estos aviones norteamericanos a menudo fueron derribados por el fuego de cañones soviéticos de la AA. Sin embargo, nunca hubo tantas bajas como las que se produjeron aquel día cerca de Niš.

El ametrallamiento de la columna indefensa costó a las tropas soviéticas 27 muertos (entre ellos un general) y 37 heridos. 20 vehículos fueron destruidos.

Cuando los cañones soviéticos de AA instalados en un aeródromo cercano recibieron la noticia del ataque a la columna, inmediatamente abrieron fuego contra los P-38. Los combatientes estadounidenses desviaron entonces su atención hacia el aeródromo soviético y lo atacaron. Allí murieron otros cuatro militares soviéticos.

Sobre el aeropuerto los aparatos americanos fueron interceptados por cazas soviéticos, provocando la primera batalla aérea entre los dos países. Como resultado del choque, que tuvo una duración de unos 15 minutos, los soviéticos perdieron cuatro cazas Yak-3 y Yak-9, mientras que los estadounidenses derribados fueron tres P-38.

“Los ataques de los Lightning cesaron sólo cuando el capitán Koldunov, arriesgándose a ser derribado, se acercó al avión líder estadounidense y le mostró las señales de identificación de su aeronave”, escribió el general Alexéi Antónov a John Deane, jefe de la misión militar estadounidense en la Unión Soviética. (Yuri Rubtsov. La Verdad del General, 1941-1945, Moscú, 2012)

Después de cometer su fatal error, los aviones estadounidenses se retiraron inmediatamente de la batalla y abandonaron la región.

Un error mortal

Sin perder un minuto, los dos países iniciaron una investigación conjunta del incidente. Los estadounidenses reconocieron abiertamente su culpabilidad.

Explicaron que los aviones estadounidenses tenían la intención de bombardear a las tropas alemanas ubicadas cerca de la ciudad de Novi Pazar, pero que debido a un error de navegación un grupo de P-38s se dirigió 100 km más hacia el este. Allí se encontraron con la columna de tropas soviéticas, confundiéndolas con los nazis.

Además de los líderes de la Fuerza Aérea Americana, el embajador de Estados Unidos, W. Averell Harriman, se disculpó ante la Unión Soviética en nombre del presidente Franklin Roosevelt.

En el olvido

La batalla podría haber causado un gran escándalo y haber aumentado significativamente las tensiones entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Otra razón para silenciar la batalla era el deseo de no hacer un regalo a la maquinaria propagandística de Hitler, que habría estado más que contenta de abrir una brecha entre los Aliados.

Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y la Unión Soviética aprendieron una amarga lección. El 26 de noviembre marcaron conjuntamente unas fronteras estrictas en las que sus aviones podían operar por separado para no repetir un episodio tan trágico.

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