En el cementerio de Santa Cruz de la Zarza, un pueblo de la provincia de Toledo, hay una placa conmemorativa escrita en ruso y en español que dice: “En memoria de los aviadores soviéticos caídos en España durante la guerra civil de 1936-1939 y enterrados en este cementerio”. Debajo aparecen siete nombres, entre ellos se encuentra el de Fiódor Dombrovski.
82 años después de que muriera y medio siglo después de comenzar la búsqueda, la nieta y la bisnieta han podido encontrar la tumba.
El pasado 2 de noviembre Irina Fominá y su hija Evguenia, nieta y bisnieta del teniente Fiódor Dombrovski, miembro de la Unidad de la 7ª Ligera Escuadrilla Aérea de asalto de la región militar de Bielorrusia, visitaron el pueblo toledano. Dombrovski estuvo en el aeródromo de Santa Cruz de la Zarza donde operaba junto con el Ejército republicano en la guerra civil. El 6 de diciembre de 1936 hubo una batalla aérea en Talavera de la Reina (Toledo) donde fue herido y perdió la vida al día siguiente, en el hospital.
La primera vez que vio la fotografía del abuelo, que le enseñaron los miembros de la embajada rusa en España, se quedó callada un buen rato. “Cómo se parece a papá”, dijo después del largo silencio. También supo que recibió la Orden de la Bandera Roja a título póstumo y que esta orden se mantiene en el Archivo de Historia Militar del Estado ruso en Moscú.
“Cuando murió mi abuelo, mi padre tenía un año y no se acuerda de él. Lo había visto una o dos veces. Pero durante toda su vida quiso dar tributo a la memoria de su padre”, declaró a RIA Novosti la nieta de Fiódor, llamada Irina Fominá y que voló a España con su hija, Evguenia.
“Papá comenzó a buscar al abuelo en 1956”, dijo la nieta del piloto soviético fallecido. Irina también contó que su padre consultó varios archivos, pero lo único que pudo descubrir fue que los restos de Fiódor Dombrovski reposaban en Toledo. Quiso visitar la ciudad para buscar el lugar de enterramiento, pero no lo logró.
En la escuadrilla que tenía como base Santa Cruz de la Zarza hubo cerca de 20 pilotos soviéticos. Varios de ellos murieron y la embajada rusa supo que estaban enterrados aquí hace varios años gracias al coronel Caballero del Nuevo, cuya madre fue enfermera en el hospital y enterró a los pilotos. Ella le contó a su hijo la historia sobre los pilotos soviéticos. Aunque solo se conocen a ciencia cierta el nombre de dos de ellos: Fiódor Dombrovski y Piotr Zharski.
En Santa Cruz hay dos casas donde vivían los pilotos y en el ayuntamiento hay una foto de ellos. Se sabe el lugar en el que se encontraba el aeródromo, cerca del refugio subterráneo. El ayuntamiento tiene planes para restaurar este lugar.
Irina Fominá realizó su búsqueda por Internet y en archivos militares y encontró por casualidad información sobre el memorial dedicado a los pilotos en la provincia Toledo, que se colocó hace varios años. “Mi padre no lo sabía. Quería visitar el lugar y me dirigí a la embajada rusa en Madrid”, afirmó la nieta del soldado soviético, que trajo un poco de tierra del cementerio moscovita en el que se encuentra enterrado su padre.
En la ceremonia de recuerdo que tuvo lugar en Santa Cruz de la Zarza participaron diplomáticos rusos así como políticos locales y miembros de organizaciones españolas dedicadas a la búsqueda de fosas comunes y en el establecimiento de los nombres de los voluntarios que lucharon como parte de la División Azul en el Frente Oriental.
Piloro soviético Fiódor Dombrovski.
Embajada de Rusia en EspañaEn el cementerio se habló de la tolerancia y de la necesidad de recordar a todos los muertos que hubo en el periodo más terrible del siglo XX, antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
“Santa Cruz de la Zarza pone en primer plano las ideas de tolerancia y de convivencia pacífica. No es casualidad que en nuestro pueblo haya tres monumentos conmemorativos que recuerdan a las víctimas de esta locura, la guerra givil española, que se convirtió en el ensayo de la Segunda Guerra Mundial”, afirmó el alcalde Luis Alberto Hernández.
Dos de los tres memoriales se encuentran una frente a otro en el cementerio. Cerca del memorial a los pilotos soviéticos hay otro que recuerda a más de 70 familias que estuvieron en la cárcel o murieron tras la guerra civil a causa de la represión franquista. Mientras que en el pueblo se mantiene otro monumento de la época de la dictadura con los nombres de los miembros del bando de los golpistas que murieron a manos de los republicanos.
“No tengo la duda de que, independientemente en el bando que estuvieran, querían dejar a sus descendientes un mundo mejor y un país mejor. Por eso defendieron sus ideales”, afirmó el alcalde.
El primer consejero de la embajada rusa en España, Mijaíl Rossíiski afirmó: “Tanto Rusia como España saben lo que es una guerra civil. Quizá sea lo peor que le puede pasar a cualquier país. Esta experiencia debe ser una lección para todos nosotros. Creo que hemos aprendido la lección. Es muy importante recordar a los soldados que cayeron en las guerras pasadas. Hay que recordar esas lecciones. Algunos políticos se guían únicamente por sus ambiciones, el único lugar en el que han visto las guerras es por la televisión y creen que pueden utilizarlas como un instrumento de la política internacional, si se hacen lejos de sus yates y mansiones y no implican a sus familiares. Nuestro deber es prevenir estas tendencias peligrosas. Y me alegro de que en España y Rusia haya una comprensión de esta necesidad”.
Estos fueron los aviones de la URSS que combatieron en la guerra civil española.
Para la realización de este artículo se ha utilizado información de RIA Novosti.
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