La ‘Ruta de Stalin’, así fueron los primeros vuelos a través del polo norte

Historia
ALEXÉI TIMOFÉICHEV
En los años 30, un equipo de pilotos liderado por el legendario Valeri Chkálov se convirtieron en los primeros en volar entre Europa y América a través del polo norte.

A comienzos de la década de 1930, la URSS quería demostrar que era la principal potencia aérea del mundo. A la dirección del país se le ocurrió entonces hacer un vuelo más largo de lo habitual a EE UU, a través del polo norte. Para llevarlo a cabo se desarrolló un avión especial y se encargó el liderazgo de la misión al diseñador de aviones Andréi Túpolev.

El ANT-25 de Túpolev tenía un diseño único. Medía 33 metros de ancho, aunque podría haberse hecho aun más grande. Por primera vez en la historia, las alas de un avión también se utilizaron  para almacenar combustible. Así, el ANT-25 era capaz de transportar hasta siete toneladas de combustible. Para el vuelo que hizo a los EE UU, se le hicieron varias remodelaciones, sobre todo para mantener el vuelo en temperaturas extremadamente bajas.

En 1935 tuvo lugar el primer intento de vuelo a San Francisco a través del polo norte. Fue un fracaso porque la tripulación descubrió una fuga de combustible a la altura del mar de Bárents. Se les ordenó regresar a la base. Este hecho alimentó la creencia de que no era posible sobrevolar el polo norte. Sin embargo, los dos tripulantes de este vuelo estaban decididos a triunfar y le preguntaron al famoso piloto soviético Valeri Chkálov (en la foto con su hijo y esposa), apodado el “Lindbergh ruso”, si quería asumir el puesto de mayor responsabilidad.

Chkálov tenía buenas relaciones con Stalin y esto sirvió de ayuda. El Kremlin dio luz verde a su nuevo intento, pero con una condición. Antes de viajar a EE UU tenían que intentar batir el récord de vuelo dentro del territorio de la URSS. Lo hicieron en 1936 y los tres pilotos recibieron la mayor condecoración de la URSS, se convirtieron en Héroes de la Unión Soviética. El ANT-25 realizó el vuelo de 56 horas, llegando a un punto en el Lejano Oriente de Rusia, que estaba a 9.374 km de Moscú.

Después del exitoso vuelo, el ANT-25 partió hacia San Francisco el 18 de junio de 1937. La tripulación estaba compuesta por Valeri Chkálov, Gueorgui Baidukov y Alexánder Beliakov. Tuvo una duración de 63 horas y 25 minutos. La prensa soviética se refirió a ambos vuelos como la “Ruta de Stalin”.

El avión voló sobre hielo y en terribles condiciones climáticas durante la mayor parte de los 8.500 km. Apenas había visibilidad. La tripulación dependía de un equipo de navegación bastante básico. La temperatura en la cabina estaba por debajo de los cero grados y no había oxígeno suficiente. Cuando el avión tuvo que llegar a los 5.000 metros hubo algunos sistemas que empezaron a fallar. Todo debió de ser muy estresante para los pilotos.

El 20 de junio la tripulación descubrió que carecía de combustible como para llegar hasta San Francisco. Decidieron aterrizar en un aeródromo militar cerca de Vancouver. El aterrizaje fue suave. Los pilotos rusos fueron recibidos como héroes. Cuando los impresionados periodistas preguntaron a Chkálov qué tipo de motor tenía el avión (¿inglés, estadounidense o alemán?), respondió con orgullo: “Mira su emblema, es todo nuestro, ruso, soviético”. Después de llegar, los pilotos soviéticos pasaron algún tiempo en la casa del general George Marshall, futuro Secretario de Estado y Secretario de Defensa de EE UU, que en ese momento prestaba servicio en Vancouver.

Además, también visitaron San Francisco, Chicago, Nueva York y Washington D.C., donde los recibió el presidente Franklin D. Roosevelt. En lugar de los 15 minutos que estaban previstos, el mandatario pasó dos horas hablando con los pilotos. Les acompañó el embajador soviético en EE UU, que es la única persona con traje claro en la fotografía.

Cuando regresaron a la URSS, Stalin los recibió personalmente. Chkálov recordaba lo que le costaba dormir tras su vuelta al país, porque todos querían hablar con su tripulación.

Dos años más tarde, Vladímir Kokkinaki (en la foto) y Mijaíl Gordienko volaron sin escalas a Canadá. La ruta pasaba por encima de Islandia y Groenlandia. Cruzaron más de 8.000 km en 53 horas. Desde finales de la década de 1950, los aviones comerciales utilizaban esta ruta para ir de Moscú a Nueva York.

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