De Stalin a Putin: ¿cuáles son los premios más destacados de la historia de Rusia?

Historia
ALEXÉI TIMOFÉICHEV
Todo lo que tiene que saber sobre el Premio Estatal de Rusia, los Héroes de la URSS y por qué Alexánder Solzhenitsyn se negó a ser galardonado.

La mayoría de los premios se entregan por actos de valentía o por contribuciones a las artes y a la ciencia. Algunos tienen su origen en la URSS, pero otros se remontan hasta el siglo XVII.

Premio del Estado

El Premio del Estado de la Federación de Rusia se estableció en 1992 cuando surgió la nueva Rusia de las ruinas de la URSS. Es el sucesor del Premio del Estado Soviético, que, a su vez, era la continuación del Premio Stalin.

Los Premios Stalin se establecieron en los años 1940 por los avances en las ciencias, la cultura, el ejército, las arte y “por avanzar los métodos de producción”. Tenían tres grados y se entregaron durante la vida de Stalin. El primer premio era de 100.000 rublos (19.000 dólares según el cambio de la época). Se dice que la financiación para los precios provenía del dinero conseguido con las ventas de las publicaciones de Stalin fuera de la URSS.

Hubo quienes recibieron el Premio Stalin en más de una ocasión. El diseñador de aviones Serguéi Iliushin lo obtuvo siete veces.

En la época de Jrushchov, que comenzó una campaña de desestalinización, el nombre cambió y se vino a llamar Premio Lenin. Se entregó por primera vez en 1956 y tenía un premio de 10.000 rublos.

El Premio del Estado se creó en 1967 y se entregaba por logros algo menores que el Premio Lenin, por eso la cuantía del galardón era un cheque de 5.000 rublos.

El Premio del Estado de la Federación de Rusia es el análogo al soviético y se creó en los años 90. El premio era de 100.000 rublos. En 2004 se aumentó considerablemente, hasta los 5 millones de rublos (185.000 dólares). Al mismo tiempo, en vez de 20 premios como se hacía en la época soviética, actualmente se entregan ocho.

Se entregan el 12 de junio, en el Día de Rusia. Entre los últimos laureados se encuentran Eduard Artémiev, compositor de la música en las películas de Andréi Tarkovski y el coreógrafo Yuri Grigórovoch.

Héroe de la Federación Rusa

Se trata del título más alto que da el Estado. Se entrega por destacados hechos heroicos. Cuando la persona lo recibe suele ser inmortalizado en un busto.

Es también una continuación de una tradición soviética. El título de Héroe de la URSS existió desde 1934 hasta el colapso de 1991. Los primeros en recibirlo fueron los pilotos que participaron en la operación de rescate del Cheliuskin, un barco que tuvo un accidente en aguas del Ártico.

La última persona en conseguirlo fue el conductor Leonid Solodkov, el 24 de diciembre de 1991, pocos días antes del final de la URSS.

El primer premio de Héroe de Rusia cayó en manos del cosmonauta Serguéi Krikaliov, por su misión en órbita en la estación Mir. El galardonado más reciente ha sido Alexéi Ovchinin, por su misión a la Estación Espacial Internacional en septiembre de 2017.

Orden del Apóstol San Andrés

Se trata de otro premio apreciado en Rusia, pero no lo entrega el Estado. La Iglesia ortodoxa también reconoce oficialmente los actos y prueba de ello es la Orden de San Andrés. Se estableció hace tres décadas, durante la conmemoración del primer milenio del bautismo de Rusia.

Esta orden se puede entregar a los cabezas de las iglesias ortodoxas que hayan defendido la cristiandad de una manera especial. Hasta el momento solo lo han recibido cinco personas, entre las que se encuentran Bartolomé I de Constantinopla, el Patriarca Ecuménico, y el anterior líder de la Iglesia rusa, el Patriarca Alejo II.

También hay una versión secular de la Orden de San Andrés Apóstol. Se trata de la mayor condecoración estatal y la creó Pedro el Grande a finales del siglo XVII antes de que la restableciera Borís Yeltsin en 1998.

Un año después hubo una gran polémica por este galardón. Lo recibió el escritor Alexánder Solzhenitsyn, que se negó a recibirlo. Según su mujer, Natalia, el autor lo decidió porque en los años 90 el país no se encontraba en una buena situación y mucha gente tenía que luchar para poder vivir.