La historia del código maya que llegó a Rusia en 1945: ¿leyenda o realidad?

Historia
MARÍA ALEXÁNDROVA
La vida del científico ruso Yuri Knórozov, que descifró las escrituras mayas, está rodeada de misterios y leyendas. Una de ellas, probablemente la más importante, tiene que ver con la aparición de los códigos maya en su vida.

Knórozov siempre afirmó que había encontrado los libros Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa y la edición de 1933 de Los códices mayas de los hermanos Villacorta en Berlín en 1945, cuando formó parte de las tropas soviéticas que entraron en Alemania. Sin embargo, algunos investigadores afirman que las cosas no fueron así...

Nacido en Ucrania en 1922, Yuri Knórozov adoraba la ciencia desde pequeño. En 1943 ingresó en la facultad de Historia de la Universidad Estatal de Moscú Lomonósov, donde estudió la historia del Antiguo Oriente y, especialmente, egiptología. Sin embargo, la guerra interrumpió sus estudios: en marzo de 1944 fue llamado a filas para unirse al Ejército Rojo.

El último año de la Segunda Guerra Mundial, 1945, fue crucial en la vida de Knórozov. Según contó el propio científico en una entrevista al Canal 11 de México, el joven de 22 años formó parte de las tropas soviéticas que entraron en Berlín. Fue allí, donde supuestamente encontró dos libros que marcaron el rumbo de su vida: Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa y Los códices mayas de los hermanos Villacorta.

¿Verdad o una leyenda?

Algunas fuentes aseguran que Knórozov logró salvar los libros de un incendio, pero el propio lingüista lo desmintió en la misma entrevista: “Lo que escribieron los periódicos sobre esta biblioteca es pura leyenda. No he visto ninguna biblioteca en llamas. Según cuentan mis amigos oficiales, esta biblioteca nunca se quemó. Pasó otra cosa. Las autoridades alemanas prepararon la biblioteca (actualmente la Biblioteca de Berlín; comentario de la redacción) para su evacuación y tenían que llevarla supuestamente a los Alpes, en Austria. Los libros de esta biblioteca, preparados para el traslado, se encontraban dentro de unas cajas que estaban abiertas en medio de la calle...”, contó el científico a los periodistas.

“Entonces, él escogió precisamente estos dos libros: Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa Los códices mayas de los hermanos Villacorta (edición de 1933, redacción)”, continúa el relato la colaborada y discípula de Knórozov, Galina Yershova, que actualmente es directora del Centro para la Investigación de Mesoamérica de la Universidad Rusa para las Humanidades.

Sin embargo, algunos investigadores afirman que hay pruebas que apuntan a que Knórozov estuvo en Moscú en 1945 y no participó en la Batalla de Berlín, lo que significa que no salvó los libros de un incendio, ni tampoco se llevó un “trofeo” de guerra. Según algunos historiadores, esta bonita leyenda fue inventada para darle un toque más romántico a la vida del científico ruso o para apoyar la ideología soviética. Pero en este caso, no se entiende cómo llegaron estos valiosos libros a manos de Knórozov.

Fuese solo una leyenda o no, la vida de Knórozov cobró un nuevo sentido desde que consiguió estos documentos. Cuando se acabó la guerra, Yuri volvió a sus estudios con un nuevo objetivo: dedicarse por completo al estudio de la escritura maya. Tras encontrar los errores en la metodología de Diego de Landa, un misionero español de Yucatán que hizo las primeras investigaciones de las escrituras mayas a finales del siglo XVI, Knórozov creó su propio método que le permitió descifrar los códigos de esta antigua civilización.