3 espeluznantes historias sobre barcos fantasma

Natalia Nósova
Estos barcos rusos o encontrados en aguas rusas quedaron a la deriva, sin que nadie los reclamara

A principios de octubre se descubrió un misterioso barco en el mar Báltico, cerca de la costa de Kaliningrado. No se encontró nadie a bordo en este enorme yate, que tenía el mástil roto y un gran boquete en uno de los lados. Además, el frigorífico estaba lleno de sangre y también encontraron una tableta descargada.

Abandonado tras una regata

El Ministerio de Defensa, que encontró este “yate fantasma”, lo llegó a una base naval cercana. Varios días después descubrieron que el dueño era una empresario polaco que había participado en una regata a finales de septiembre.

El yate se estrelló y los guardacostas rescataron al capitán. Durante semanas el Loxa (así se llamaba el barco) estuvo a la deriva hasta que llegó a la costa rusa. El dueño estaba seguro de que el barco iba a hundirse, y después no quiso recuperarlo porque supondría un gran esfuerzo de tiempo y dinero. Lo más probable es que Loxa sea desechado.

Hace tres años hubo una emocionante historia con otro barco fantasma vinculado a Rusia. Asustó a mucha gente que temía incluso ser atacada.

Un fantasma de 800.000 dólares

El barco Liubov Orlova, llamado así por la famosa actriz soviética, era un buque de pasajeros que se construyó en Yugoslavia y sirvió estoicamente en Rusia entre 1976 y 1999. Su destino cambió radicalmente cuando la compañía que regentaba el barco cayó en bancarrota. El Liubov Orlova estuvo parado en Canadá entre 2010 y 2012.

Posteriormente se llevó a la República Dominicana para que lo convirtieran en chatarra. En el barco “escapó” cuando los cables se rompieron en una tormenta. El Liubov Orlova despareció en el océano y se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza. Un buque con un desplazamiento de unas 4 toneladas y sin sistemas electrónicos, ni luces de identificación era un peligro para los barcos que estuvieran cerca.

Por otro lado, el hundimiento de un barco como este afectaba al medioambiente del océano. Además, un barco que iba a ser convertido en chatarra era mucho dinero, alrededor de 792.000 dólares, según el diario ruso Argumenti i Fakti.

En busca de “Orlova”

El barco estuvo vagando por el océano Atlántico durante más de un año y se convirtió en una especie de Santo Grial para marinos y aventureros, que trataban de buscarlo y sacar dinero con él.

El australiano Stef Braun creó incluso una página web - whereisorlova.com – en donde recogía información sobre el barco desaparecido. La web ya no está disponible.

El interés por Orlova llegó a su punto más alto en enero de 2014 cuando los tabloides británicos afirmaban que se dirigía hacia las costas del Reino Unido e Irlanda. Especulaban que estaba lleno de ratas que se habían convertido en caníbales durante el viaje. Sugerían que estas ratas eran peligrosas para los humanos.

Era una escena perfecta para una película de terror de Hollywood: gigantescas ratas caníbal de un barco fantasma atacan a ciudadanos indefensos. Pero nunca se convirtió en realidad. El Liubov Orlova despareció sin dejar rastro y lo más probable es que se hundiera. Nunca se sabrá si hubo esas ratas caníbales o no.

Pudriéndose en paz

La mayoría de las historias de barcos fantasma procedentes de Rusia son muchos menos dramáticas. Habitualmente los “barcos fantasma” se abandonan en los puertos porque no son rentables para sus dueños que no quieren pagar impuestos ni los salarios de los marineros. Lo habitual es que estos barcos se vayan pudriendo poco a poco ya que las autoridades no los pueden retirar debido a cuestiones legales.

El destino de un barco de transporte que se quemó en el puerto de Vladivostok el pasado enero es un buen ejemplo. El Yeruslán llevaba dos años abandonado y su dueño, que debía más de 200.000 a la tripulación, desapareció misteriosamente. Los marinos estaban desesperados y abandonaron el barco que acabó quemado. Durante el incendio algunos locales robaron lo que quedaba, un triste destino, incluso para un barco fantasma.

Este artículo forma parte de la serie Expediente X en Rusia, donde exploramos los misterios y fenómenos paranormales ocurridos en Rusia.

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