El gato ‘Nevá Masquerade’ es una subespecie del gato siberiano, una raza autóctona rusa. Es conocido en todo el mundo por su pelaje esponjoso, su inteligencia y su carácter amistoso.
El gato siberiano tiene una subespecie con puntas de color (se les suele oscurecer ligeramente el resto del cuerpo en invierno y aclararse con el verano) que debe su nombre al río principal de San Petersburgo, el Nevá. En su cara, la coloración se asemeja a una máscara. Los gatos de Nevá Masquerade también se consideran razas aborígenes rusas. Aparecieron hace varios siglos, cuando los gatos tailandeses llegaron a Rusia, probablemente con las caravanas comerciales.
Se sabe que, a finales del siglo XVIII, el zoólogo Peter Pallas (descubridor del manul, entre otros) vio y describió gatos de campo con “máscara negra” durante un viaje por la gobernación de Penza. Poco a poco, empezaron a aparecer en los pueblos otros gatos con puntas de color que se cruzaban con los tomcats siberianos. Eran las mascotas más comunes sin ningún estándar de raza.
Los gatos de la raza Nevá Masquerade se mostraron por primera vez en una exposición en San Petersburgo a finales de la década de 1980. Los felinólogos locales dieron nombre a la raza. Y, en la década de 1990, la raza fue reconocida como raza aparte, siendo su nombre oficial " Siberiano con puntas de color".
El Nevá Masquerade tiene ojos azules brillantes y una coloración clara. Pero, en el fondo, es el mismo siberiano.
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