El primer “esfinge” de la Unión Soviética se encontró simplemente en la calle. El Esfinge del Dones una raza de gatos sin pelo muy conocida y reconocida internacionalmente. A pesar de su aspecto “alienígena”, sus grandes orejas y su falta de pelo, se llevan bien con la gente y se caracterizan por su buena salud.
La historia de esta simpática raza comenzó en febrero de 1986 en Rostov del Don. Un día, Elena Kovaleva, residente local, de vuelta a casa, salvó a una gatita que había sido torturada por una pandilla de brutos. La llamó Varvara.
Cuando Varvara creció, empezó a perder pelo. Ningún medicamento la ayudó, pero la gata se sentía bastante bien y vivió una larga vida. Tuvo gatitos con un gato europeo de pelo corto, que se convirtieron en las primeras esfinges del Don. La cría de la raza corrió a cargo de la felinóloga Irina Nemíkina, conocida de Elena, a quien dio uno de los gatitos de Varvara: Chita.
Los primeros gatitos nacieron con pelo y se quedaron calvos a los pocos meses. Sin embargo, las siguientes generaciones ya eran calvas de nacimiento.
La principal diferencia entre la raza y el Esfinge canadiense es que la calvicie es un gen dominante, no recesivo. Además, el gato del Don casi no tiene bigotes.
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