La cuestión es que las columnas, paredes y pasillos del Metro de Moscú están revestidos de piedra natural. Por eso, si te fijas bien, podrás ver patrones fósiles y rastros de organismos antiguos: conchas de nautilos y ammonites, lirios de mar y diversos braquiópodos y gasterópodos.
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En la estación Dobrinínskaia, las conchas de nautilus y los ammonites están inmortalizados en mármol rojo.
Y en Kashirskaia podrás ver dos fósiles fusionados. La "cola" blanca es un lirio de mar, y la parte grande es una esponja esclerospongia.
Hay muchos fósiles en Trúbnaia, sobre todo en las paredes de las vías. Fíjate bien y verás una concha de 20 centímetros de un gasterópodo sobre el mármol claro. O una peculiar "espina de pez".
Toda una dispersión de ammonites, corales y lirios de mar en la estación Komsomólskaia, en el pasaje que conduce a la estación de tren Yaroslavski.
Una inusual esponja del género Demospongia acecha en la columna de la estación Pervomáiskaia.
Grupos de lirios de mar y conchas de braquiópodos en Ploschad Ilichá.
Es imposible enumerar todos los fósiles, pero capta un molusco gasterópodo en la pared del pasillo que conecta las estaciones radial y anular Kúrskaia.
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